miércoles, 23 de diciembre de 2015

Los principios de neolengua

“Neolengua era la lengua oficial de Oceanía y fue creada para solucionar las necesidades ideológicas del Ingsoc o Socialismo Inglés. En el año 1984 aún no había nadie que utilizara la neolengua como elemento único de comunicación, ni hablado ni escrito…

Se esperaba que la neolengua reemplazara a la vieja lengua (o inglés corriente, diríamos nosotros) hacia el año 2050. Entretanto iba ganando terreno de una manera segura y todos los miembros del Partido tendían, cada vez más, a usar palabras y construcciones gramaticales de neolengua en el lenguaje ordinario. 

La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento. Lo que se pretendía era que una vez la neolengua fuera adoptada de una vez por todas y la vieja lengua olvidada, cualquier pensamiento herético, es decir, un pensamiento divergente de los principios del Ingsoc, fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las palabras. Su vocabulario estaba construido de tal modo que diera la expresión exacta y a menudo de un modo muy sutil a cada significado que un miembro del Partido quisiera expresar, excluyendo todos los demás sentidos, así como la posibilidad de llegar a otros sentidos por métodos indirectos. "
He recordado estos magníficos pasajes de la gran obra de Orwell, 1984, al ver en televisión un reportaje sobre las nuevas palabras aceptadas por la RAE en 2015. Directamente al leerlas he pensado que están destinadas a cercenar el cerebro de los ciudadanos. No puede ser que un ciudadano normal pronuncie “otubre” queriendo decir “octubre” o, directamente admitir el inculto “asín” en nuestro diccionario. Terminar hablando así es, sin ninguna duda, terminar aceptando la neolengua de nuestra democracia. Para darle más imbecilidad al asunto, se organiza un concurso en donde cada ciudadano puede cumplir su sueño de que la RAE le admita la palabrita… si, esas palabritas que uno de tus amigos siempre repite porque se la ha inventado y piensa que es tan ingenioso… pues si, tu pesado amigo puede ser aupado al altar de la RAE. Ahí queda eso. Menos mal que ante tanta pobreza intelectual, nos queda Orwell. Bendito Orwell. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Tic Tac


"¿No hay pueblos que de forma inmediata han decaído definitivamente? ¿Y tal vez no se auto-aniquilaron en el momento en el que el “pueblo” tomó ventaja sobre la nación?"

Me ha venido a la mente esta frase de Moeller van der Bruck mientras veo en televisión el debate entre los candidatos de los 4 partidos principales. Las manifestaciones de indignados del 15M han acabado en esto: espectáculos para las masas con políticos populistas de rebajas ofreciendo las mismas cantinelas de siempre. El líder político se ha convertido en un tertuliano de televisión vendiendo baratijas. ¿Realmente nos merecemos este nivel intelectual? La respuesta es si, nos lo merecemos. Es lo que ha reclamado la masa televisiva. El partido Podemos surgió del movimiento del 15 de mayo. De hecho, el 15M fue un invento suyo. Primero nació el 15M y después Podemos, porque siendo asamblearios no podían rascar poder y ahora sí. Ya se escribió mucho sobre quiénes eran las masas del 15M, pero básicamente eran estudiantes dirigidos por profesores universitarios comunistas instruidos en Venezuela. Indignar a la juventud es un recurso fácil, siempre funciona. Instigados también por el francés Stephane Hessel los jóvenes protestaban por el decadente sistema democrático, atiborrado de corruptos. Pero tener a un antifascista como Hessel llevaba implícita una trampa. El antifascismo es un recurso de fácil asimilación para la masa: el poder es fascista y corrupto. Por tanto, la masa partía de una base intelectual bobalicona y falsa pero muy eficaz. 


Hoy en día la política es un producto televisivo más. Con la crisis, canales de televisión como La 6 y Cuatro han hecho negocio, y mucho. Llevar a unos cuantos tertulianos de tres al cuarto y tenerlos durante horas vociferando chorradas es un negocio barato, fácil y muy eficaz. Cuando la gente los ve, se siente muy identificada, porque criticar a un gobierno de derechas es muy simple. Jamás he visto más manifestaciones por las calles que mientras ha gobernado el Partido Popular. El motivo daba exactamente igual, las masas se echaban a las calles, gritaban y volvían a casa pensando que estaban haciendo una revolución. Sin embargo, la masa entiende de política hoy en día bastante menos que en 1977.


Hace décadas que no voto. Ya en los años ochenta me olí la tostada y dejé de hacerlo. Simplemente imaginé que los políticos se repartían el pastel. Recuerdo comentarlo con los amigos y todos ponían caras raras. Los casos de corrupción ya comenzaban a oírse con el gobierno socialista de Felipe González y a medida que se perpetuaba en el poder se hicieron ya notorios. Incluso Felipe González organizó el terrorismo de estado. Y hoy en día sigue dando discursos. No solo eso, el partido de Pablo Iglesias, Podemos, pacta con el PSOE, ese partido de la casta al que había que exterminar. 


El espectáculo que se ha convertido España no me interesa en absoluto. De momento hemos empezado el circo con los ayuntamientos gobernados por Podemos y sus marcas. Ver a esos críos que hace nada se manifestaban como histéricos por las calles, ocupando cargos de alcaldes y concejales, me hastía bastante más que la casta de toda la vida. El chandalismo venezolano nos va a invadir. El show no ha hecho más que comenzar. 


Pablo Iglesias, hace tan solo 10 meses pensaba que estaba alcanzando el cielo. Al más puro estilo chavista le dedicó a Rajoy un "Tic Tac" que prometo ver con deleite el próximo lunes. "Tic Tac, Tic Tac", se atrevió a cantar sin vergüenza alguna. Después Pablito se ha ido moderando, porque se dieron cuenta que eso de la revolución comunista era muy fuerte para los españoles. Al ridículo político le ha seguido un ridículo mediático. Hace 10 meses, cuando las televisiones se lo rifaban, él, orgulloso y arrogante, decidía a qué televisiones ir y daba plantones monumentales. Ahora se pasa de plató en plató tocando la guitarra, contando batallitas, hablando de su infancia o  de sus pésimos gustos musicales, que dan tanta vergüenza como su coleta. 


Ante este nivel, a mi lo único que me queda es disfrutar del show. Hace tiempo que no veo series de televisión, de esas que tienen enganchado a medio país. Soy incapaz de verlas desde que Pablito Iglesias predica lo mucho que le gusta una de ellas.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Micromachismos y Macrofeminismos

En las pasadas elecciones europeas se produjo un rifirrafe entre el PSOE y el PP, entre Elena Valenciano y Arias Cañete, sobre el machismo. El PSOE, en su línea, se empeñó en resaltar el asunto. Habida cuenta de los malos resultados obtenidos por la Valenciano, se entendió que la sociedad estaba harta del debate. La Valenciano pasó a un segundo plano.

Cuando pensábamos que el asunto ya estaba olvidado, la izquierda rancia y oportunista vuelve a la carga, esta vez con micromachismos, violencia de género y demás ralea. De hecho, no hay ningún partido de todo el elenco democrático que no ofrezca soluciones al asunto.

¿Pero alguien ha tratado de evaluar qué ocurre con la violencia de género? ¿Cómo puede ser que, tras 40 años de democracia, España esté en manos de catetos machistas maltratadores? ¿Alguien lo comprende? Aquí lo que subyace es que la mujer se encuentra desprotegida ante los miles de maltratadores que deben de campar a sus anchas por nuestras calles.

Se crea un problema para acomodarse en él. Todos los dirigentes de todos los partidos se encuentran cómodos en el discurso contra la violencia de género porque es  un asunto, digamos, imparcial, en el que todos pueden decir su idiotez más grande sin caer en el ridículo.

En la era de las estadísticas, gusta contar el número de víctimas de violencia de género anuales. Así pues, en los telediarios y prensa aparecen gráficos comparativos con otros años. ¿Pero alguien se ha tomado la molestia de averiguar caso por caso? ¿Metemos en el mismo saco al anciano que acaba con la vida de su mujer para no alargar su agonía que al parado fracasado que también la mata? ¿metemos en el mismo saco al celoso enfermizo que mata a su amante que a quien comete un "micromachismo"? Otra cuestión que tampoco se debate es el perfil de ambas partes, el hombre y la mujer, en cada caso de violencia de género. Sería interesante comprobar cuánta gente es capaz de mantener una relación de carácter sumisa, el perfil cultural, la procedencia... en definitiva, que lo que se llama violencia de género no está en absoluto definido.

Los estudiantes reciben a menudo charlas sobre machismo y violencia de género. Al final muchos de ellos terminan convencidos de que las mujeres están desprotegidas contra los desmanes del macho. Se termina por criminalizar a todos y asunto concluido.

El comportamiento masculino actual es producto de nuestro tiempo. Las mujeres se comportan exactamente igual. Quiero decir, cuando alertan a los jóvenes de que un hombre celoso es algo anormal, no advierten que las mujeres se comportan exactamente igual que ellos. Por lo tanto, la charla iría bien encaminada si lo advirtiera. De hecho, uno de los aspectos en los que más inciden nuestros políticos es el de la educación. Esto me resulta divertido. Creen que dando charlas a nuestros niños y educándoles en el respeto y toda esa palabrería, el día de mañana van a ser modelos cívicos. Este argumento, el principal que manejan los políticos, se desmontan por sí solo, a la vista de los resultados. ¿40 años de educación democrática nos dejan un panorama tan desolador? Los mismos políticos que inciden en lo vital que es la educación ponen como ejemplo a los países nórdicos, en donde leen mucho, hablan muchos idiomas y deben vivir en una especie de vergel cultural casi inalcanzable para nosotros, pobres analfabetos. Sin embargo, la llamada violencia de género es mayor en los países nórdicos. ¿Es entonces la educación algo vital para combatir esta lacra?

Los problemas eternos que plantea la democracia acaban siendo una forma de estafa desde el momento mismo en que los políticos comienzan a ganar dinero con el asunto. Tengo la impresión de que lo que llaman violencia de género, el machismo y las drogas han caído en el mismo "saco" en donde se crean departamentos gubernamentales, autonómicos y municipales. Se nombran cargos y a vivir del cuento. Existen incluso "Institutos de la mujer", eternamente subvencionados, que una vez al año sacan a la calle los carteles en donde nos advierten de nuestros delitos cotidianos, a saber, no pasar la aspiradora, no recoger los calzoncillos del suelo o levantar la voz a tu mujer. Y así llevan décadas. Pero vamos, exactamente lo mismo que la droga, el eterno "problema"de la democracia.

Y cuando creíamos que la tontería no podría ir a más, la llamada izquierda radical, los partidos "emergentes", se sacan de la manga eso de que el lenguaje también es machista y empiezan a hablar en femenino. Juro que he visto a un hombre en un debate de TVE hablar en femenino. Pues bien, a mi este hombre me parece una víctima del macrofeminismo. El número de jilipolleces al respecto es infinito. Un político nórdico propuso sustituir los mingitorios masculinos de pared por otros como los femeninos. Vamos, que dejemos de mear como animales y nos sentemos como ellas.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El intelectual patrio



Bajo la dictadura de Stalin cualquier ciudadano podía ser detenido en la calle sin ningún motivo. Sabemos que al dictador no le importaban las causas para exterminar gente. Sin embargo, puso especial interés en liquidar a los intelectuales. Se le atribuye a Goering la celebérrima frase “cuando oigo hablar de cultura quito el seguro de mi Browning”. En cierto modo, comunistas y nacionalsocialistas sabían lo que hacían. Los intelectuales ciertamente tenían más peligro que un político exaltado. Estamos hablando de intelectuales de la talla de Thomas Mann o Hermann Hesse en el caso alemán, o de Solzhenitsyn en el caso soviético. Como se dice habitualmente, “lo de antes sí que eran tomates”. Pues eso, que lo de antes sí que eran intelectuales. Ahora la izquierda progre tiene un elenco de intelectuales que es para echar a correr y no parar. A los intelectuales patrios les gusta hacer manifiestos, imagino que para emular eso del “Manifiesto comunista”, que es muy molón. Solo los firman cuando gobierna la derecha. Casi no hace falta ni que la derecha comience a gobernar. En cuanto el intelectual patrio huele que la derecha va a gobernar, ya está firmando un manifiesto alertando a la humanidad de las catástrofes que se avecinan. El vocinglero Willy Toledo afirmó exiliarse al no soportar ver a su España gobernada por la pérfida derecha, convertida para él en fascismo. ¿A dónde emigró nuestro querido intelectual? A Cuba, nada más y nada menos. Me consta que Willy (un nombre muy español si) ha sufrido depresiones de las gordas, de esas que se tratan con pastillas de las que atontan, lo cual explica tan extraña reacción. Así que mejor dejar el caso para la medicina. De no ser porque el actor metido a política es habitual en la firma de manifiestos. 

Otro intelectual con gusto por los manifiestos es nuestro internacional (hay que anteponerlo claro) Pedro Almodóvar. Y aquí el asunto es más espinoso porque el director es muy apreciado en países como Francia o Estados Unidos y eso, amigos, en nuestra acomplejada España significa elevar a los altares (válgame la expresión) a quien lo consigue. Que yo recuerde, en todos los créditos de las películas de Almodóvar aparece algún tipo de subvención estatal. El director triunfó durante el mandato de Felipe González, en los felices 80. Es comprensible que el bueno de Pedro recuerde aquellos años como los más felices de su vida. Pero la vida pasa, uno crece y se desespera. Ya no se es lo que se era, claro. Así, vemos a un Pedrito totalmente malhumorado en la entrega de Goyas porque le da mucha cosa estar ahí mientras la derecha gobierna. Es que los intelectuales como él quieren tener un IVA más bajo que los demás porque lo que ellos nos ofrecen es imprescindible para la humanidad. Sin ellos, todos estaríamos perdidos. Y eso no lo pueden permitir. En realidad, cuando luchan por subvenciones y bajadas de IVA están luchando por el bien de la humanidad. Es que nos hacen un favor, oye. ¿Cómo va a sobrevivir un país sin películas de monjas adictas a la heroína? Hombre claro, eso no es posible, ¿verdad Pedro? Y así, mientras los ciudadanos “normales” nos deslomamos trabajando 8 horas al día y pagamos religiosamente nuestros impuestos, en el caso de ser afortunados y tener trabajo, nuestros queridos intelectuales reclaman como cacatúas que hay que bajarles el IVA, subvencionarles y, en definitiva, hacerles millonarios para que puedan llevar su tren de vida. 

¿Y qué es lo más grave del asunto? Pues que los ciudadanos tienden a ver a estos intelectuales como si realmente lo fueran y tienden a creer que la cultura es un bien al que hay que subvencionar siempre. Párense a pensar qué es más imprescindible para nuestra vida, si un paquete de arroz o una película de Amenábar (director éste con más riesgo de “almodovarizarse” que ninguno) o un libro de Maxim Huerta.

La última ocurrencia de nuestra intelectualidad progre ha sido firmar un manifiesto para que toda la izquierda patria se una contra el demonio de la derecha. Ver el listado de firmantes es ver la realidad de España. Nada de un Orwell o un Thomas Mann, no señores, estamos hablando de intelectuales de la talla de Pedro Almodóvar, Iciar Bollaín, El Gran Wyoming, Carlos Bardem, Fernando Tejero, Unax Ugalde o Nacho Vegas. Toda esta gente firma un manifiesto para que la izquierda se una y pueda vencer a la terrible derecha que, al parecer, es imbatible. Y así vemos la calidad democrática de estos intelectuales, incapaces de aceptar que en su juego de las urnas pueda haber otras opciones que no sean las suyas . Estos intelectuales solo provocan a las masas para que se manifiesten en las calles cuando gobierna la derecha. Pero tranquilos, en democracia tarde o temprano termina gobernando esa izquierda tan suya. Y gobernará, no cabe ninguna duda. Y cuando así sea, podremos comprobar cómo resurge una nueva edad dorada de la cultura en donde todos los españoles irán obedientes al teatro, a la ópera, comprarán discos, libros y películas y ya nadie robará películas ni canciones de Internet porque todos estarán bien concienciados de que tienen que mantener a sus intelectuales para que les iluminen con sus mamarrachadas. 

sábado, 14 de noviembre de 2015

“Libertad, Igualdad y Fraternidad”

“Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Esta es la pancarta de un grupo español como respuesta al último atentado islamista de París. No he podido evitar recordar el libelo, probablemente falso pero no por ello menos ingenioso, “Los protocolos de los sabios de Sión” haciendo referencia al lema de la Revolución Francesa:

“Libertad, Igualdad y Fraternidad”, estas palabras con tanta frecuencia repetidas desde entonces, por inconscientes cacatúas que llegaban en masa de todas las partes del mundo, alrededor de una bandera… Los gentiles que se creen sabios e inteligentes, no han reflexionado sobre lo abstracto de esas tres palabras, que pronuncian y no piensan lo poco que concuerdan las unas con las otras y que hasta se contradicen.”

Sin pretender entrar en polémicas con la fuente de dichas palabras, lo cierto es que más certeras no pueden ser. Cuando ayer supe de la noticia, me temí la sempiterna reacción de Occidente: velas, lazos, palabras de condena, manifestaciones y demás reacciones que al enemigo le tiene sin cuidado. Es más, yo creo que les da más fuerza. Nuestra idiotez les hace fuertes, qué duda cabe. 

No nos damos cuenta de que los fundamentos de la Revolución Francesa y su imposición en nuestra forma de pensar, están caducos hace muchos años. Mientras no nos demos cuenta de que somos presos de un sistema ideológico profundamente orwelliano que es nuestro mayor enemigo, seguiremos lamentando atentados cada vez más sangrientos. ¿Por qué nos matan? Porque somos sus enemigos, evidentemente. La sociedad vencedora de la 2 Guerra Mundial gobierna el mundo desde el fin de esa guerra. Y esa sociedad está en guerra contra el mundo árabe desde entonces. Hemos masacrado pueblos enteros, hemos hecho de jueces en países a nuestro antojo. Y ahora, claro, nos matan a nosotros.

Para que España formara parte de los ganadores de la 2 Guerra Mundial tuvo que reconocer al estado de Israel, entrar en la OTAN y en la Unión Europea. Solo a partir de entonces, España ha formado parte de los estados que ponen y deponen regímenes en el Magreb. A partir de entonces España es objetivo de los islamistas. Israel lleva sufriendo el terrorismo árabe desde su fundación. Y ahora el conflicto se amplía, para bendición de Israel, que no tiene que justificar así el trato dado al pueblo palestino. 

La Primavera Árabe solo estuvo en la mente de cuatro imbéciles sin criterio que pretendían que las urnas iban a hacer cambiar a toda una civilización. ¡Esa civilización reniega de nuestra Revolución Francesa señores! Jamás nuestro estúpido juego de las urnas va a cambiar nada. Ver a un árabe depositando su voto en una urna solo satisface a nuestra prensa. 

Yo ya empiezo a rendirme ante la evidencia: son más fuertes que nosotros y nos van a ganar. Mientras nuestra población esté más pendiente de manifestarse contra la violencia de género, o a favor de abortar y demás reivindicaciones modernas, ellos se harán más y más fuertes. Lamentablemente en este mundo no ganan los más justos, ni los que más razón tienen, sino los más fuertes. Y, en pleno siglo de la religión, la fe es siempre la más fuerte. Lo queramos o no. Ellos llevan muriendo por Alá muchos años, y nosotros ya no queremos morir ni por nuestra familia. Pretender vivir en un Edén tiene sus consecuencias. 


Pues nada. Ahora toca manifestarse y  seguir a los políticos tras sus pancartas. Hasta el siguiente atentado, claro. Que Dios nos coja confesados. 

domingo, 8 de noviembre de 2015

Inmigrantes identitarios

Me gusta observar el comportamiento de los inmigrantes, especialmente a los árabes. Cuando los observas, te das cuenta de que tienen un estilo de vida similar al nuestro hace años. Y lo digo como algo positivo. Los jóvenes árabes prácticamente están separados por sexos. En los países árabes es habitual verlos  agarrados de la mano. Recuerdo que cuando era niño siempre iba agarrado por la calle de mi mejor amigo. Eso es algo impensable hoy en día. El mismo Paul Bowles observó en su día que la practica de ir agarrados por la calle estaba desapareciendo en los países árabes por influencia occidental. Se empieza a considerar un acto homosexual. Es una contradicción más de las muchas que tenemos. Nuestra sociedad no solo tolera sino que casi aclama la conducta homosexual. Sin embargo, curiosamente, se apartan conductas que puedan desprender un “tufillo” homosexual, como es el ir de la mano por la calle con tu mejor amigo. Pues bien, la camaradería que observo en los árabes es muy similar a la que se tenía hace no mucho. Los árabes han sido acogidos en nuestra sociedad en base a nuestro concepto de solidaridad. Pero, a la larga, cuando observamos que siguen con sus costumbres, surgen voces discrepantes que sugieren que deben “adaptarse” (ese es el término más usado) a “nuestras costumbres”. ¿Pero cuáles son nuestras costumbres? Resulta que las hemos perdido casi todas y pretendemos que, los que llegan de fuera, se adapten, ¿pero a qué? ¿realmente creemos que las mujeres árabes se van a quitar sus velos y van a enseñar tanga por mucho que vivan en nuestro Edén? No lo van a hacer, por la misma razón que no lo han hecho nunca, por ejemplo, los gitanos. Porque, queramos o no, hay civilizaciones que siguen siendo identitarias. Son conscientes de su identidad y la quieren mantener. Y a mi eso me parece bien, incluso necesario. Solo que nosotros hemos dejado de ser identitarios.

Mi barrio está repleto de inmigrantes. Cuando bajas a la calle, lo normal es ver mujeres árabes hablando entre ellas mientras sus hijos juegan. Esa labor nunca la hacen los hombres. Los chicos juegan. Pero lo hacen de otra manera a la de nuestros hijos, constantemente vigilados por sus primerizos padres, no sea que los secuestre algún malvado pederasta. ¿Por qué tenemos secuestrados a nuestros hijos? ¿Se han dado cuenta de que ni siquiera nos permitimos mostrarlos en televisión, en donde aparecen siempre rodeados por ese ridículo circulito de pixels? Hace no mucho vi a un recién nacido, hijo de famosos por supuesto, con su carita pixelada. Era una imagen patética. En Occidente es impensable pretender fotografiar a un niño. Los enloquecidos padres serán capaces de denunciarte por pederasta. En Japón es otra cosa. No tienen esa imbecilidad en la cabeza. Los padres japoneses casi se ofrecen a que fotografíes a sus hijos, porque están orgullosos de ellos.

Nuestros inmigrantes tienen más hijos que nosotros. Conservan esa bonita costumbre. Nosotros no, porque la costumbre antes de tenerlos es decorar la casa con todo tipo de cachivaches modernos, viajar y en definitiva “vivir” antes de tener un molesto hijo. Los inmigrantes de mi barrio tienen hijos a edad temprana. Nosotros ahora hemos decidido que es mejor ser padres rozando casi la vejez, porque nos han dicho que vamos a vivir mucho y bien. Además, ¿cómo vamos a ser padres con, pongamos por caso, 22 años? No por Dios, con 22 años el joven de turno aun tiene que drogarse y hacer botellones, claro. Tiene que vivir bien la vida. Nuestra próxima generación no habrá conocido a sus abuelos, habrá conocido a sus padres, convenientemente divorciados cuando ellos eran pequeñitos. 

La chusma progresista siempre ha pensado que eso de la mezcla de culturas y razas es una idea maravillosa. Pero una cuestión es el pensamiento de la chusma, y otra muy diferente es la realidad de la presencia de inmigrantes en nuestras calles. Una cuestión es vender esa presencia, con importante calado entre nuestros ciudadanos idiotas, mediante artimañas solidarias, y otra es la realidad. No. Ellos no están aquí para que convivamos todos en armonía haciendo intercambios culturales. Ni siquiera están aquí para pagarnos las pensiones.

Un pensamiento bastante extendido afirma que nuestra civilización está más avanzada que la de ellos. Es más, la gente suele afirmar, tan campante, que los musulmanes van, más o menos, por nuestra Edad Media. La afirmación causa risa y estupor a la vez. ¿Por qué consideramos a nuestra civilización como “avanzada”? ¿Por qué creemos que aquellas civilizaciones, religiosas, están atrasadas por ese hecho? Nuestra chusma cree que por haberse quitado de en medio a la religión,es avanzada. Curiosamente, esa misma chusma es la que acude en masa a psicólogos y psiquiatras. Es la misma chusma que, oh maravilla, alejada de la religión, es incapaz de soportar el dolor, por muy insignificante que sea porque, a pesar de haberse despojado de Dios, aun se sitúa en el antropocentrismo. 

La misma sociedad avanzada, casi reclamó la inmigración, por aquello de que la mezcla de razas y culturas es necesaria. Sin embargo, la mezcla de culturas es el fin de la más débil. Y, mucho me temo, que nuestra civilización está agotada. 

Mientras observo la deriva intelectual de nuestra sociedad, me gusta observar a los inmigrantes de mi barrio. Les veo trabajar en sus pequeños comercios, montados sin nuestra estética de Ikea, con cuatro cachivaches. Les funcionan perfectamente. Tienen sus propias tiendas de alimentación, sus peluquerías… trabajan a cualquier hora. Lo de los derechos de los trabajadores es algo completamente ajeno a ellos. Uno se puede cortar el pelo a las 9 de la noche, mientras nuestra moderna peluquera, que ahora rechaza el término por el más sonoro “estilista”, se encuentra viendo en casa “El Intermedio”. 

Uno de mis mejores amigos es musulmán. Nos conocemos hace más de 10 años. Ha conocido todos los placeres de Occidente pero sigue siendo musulmán. Yo prefiero mil veces hablar con él de cualquier asunto, que con un progre de los nuestros. Los cerebros de nuestra población, con sus ideas humanitarias, su falsa solidaridad de ONG y sus tontorrones derechos sociales, me aburren mortalmente. 



miércoles, 23 de septiembre de 2015

Grecia


Oído en un telediario sobre las recientes elecciones griegas: " 15 escaños para los comunistas y,lo más preocupante, 18 escaños para los neonazis". Como vemos, estamos en las mismas de siempre: los nazis son preocupantes, los comunistas no. Bueno, no es casualidad que nuestra television pública no emita día si día también documentales de guerra americanos y los sempiternos sobre malvados nazis. Me pregunto si habrá algún ciudadano que desconozca quiénes fueron los nazis. No sería más que cuestión de sacar una cámara a la calle y preguntar. Pero me temo el resultado: todos conocerán a Hitler y todos ignorarán quién fue, por ejemplo, Roosevelt. El dato es muy importante.

Hace tiempo que la izquierda, experta en artimañas y neolenguajes, puso a circular entre la población eso de que "no hay nada más tonto que un obrero de derechas". Y, como todas las frases absurdas, casi nadie la cuestionaba. Puedo entender ser de izquierdas mientras eres joven o universitario. Pero llegar a la madurez y seguir aceptando las sandeces de izquierdas significa que has meditado poco en tu vida. La izquierda vende, pero vende bien. Incluso es capaz de vender después de haber hundido un país. Siempre se las arregla para culpar al gran capital y a la derecha para engañar. Y, si bien es cierto que el gran capital y la derecha pueden ser los culpables de nuestros males, no menos cierto es que también la izquierda abraza a ese mismo gran capital porque sin él, no pueden gobernar. El mejor ejemplo de esto es Grecia. Un partido que llega al poder aborreciendo el capitalismo, las grandes empresas, la opresión y todo el discurso ridículo comunista. En Grecia se ha traicionado de nuevo al ciudadano. Cuando los comunistas terminen de hundir al país, los ciudadanos se agarrarán a ese "clavo ardiendo" que es la extrema derecha. Al tiempo.

A mi solo se me ocurre una conclusión: no hay nada más tonto que un obrero de izquierdas. Como nos decían los progres en España cuando ganó el Partido Popular en 2011: a disfrutar de lo votado. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Fran Alcalá

Fran Alcalá, el héroe de Tordesillas. Esta fotografía me ha recordado a otra de un guerrero nuba fotografiado por George Rodger, subido a hombros también, desnudo, orgulloso, triunfador, jaleado... los guerreros nubas,  también perfectamente fotografiados por Leni Riefensthal. 

Fue Hannah Arendt quien acuño el término "banalidad del mal". Para hacer un acto maligno no hace falta ser mala persona. De hecho, muchos de nuestros actos, terriblemente crueles, son considerados normales. El que acaba de matar un toro, puede tener una vida perfectamente normal. No hay nada en sus rasgos que nos indique que es un asesino. Al contrario, en Tordesillas, Fran Alcalá es un héroe. Nunca en su vida va a olvidar su gesta. Cuando sea un anciano relatará a sus asombrados nietos esta grande hazaña. El hacedor del mal siempre pasa desapercibido. No se delata mientras camina en medio de la masa.

Confieso que tras veinte años de militancia animalista, me hastía la discusión. He oído los mismos tópicos de siempre. En general, se trata de apartar el asunto (la persecución, tortura y muerte de un animal por parte de un pueblo embrutecido y enloquecido) derivándolo hacia actos que nadie se atreve a discutir. Uno de ellos es el consumo de carne. Cuando alguien no tiene argumentos para defender algo, lo traslada a otro asunto. Es como si quisiéramos justificar un acto cruel a sabiendas de que hay otros peores.

A los niños se les lleva a ver fábricas de galletas o de pan, para que aprendan no se sabe el qué. Pero jamás se les lleva a un matadero. ¿Acaso no comen carne los niños? ¿Nos podemos hacer a la idea de lo que significaría una visita obligada al matadero de nuestros niños? De nuevo la banalidad del mal: mejor no llevarles pero seguir consumiendo carne.

Hay que admitir que en algo se ha avanzado: la prensa ya no nos llama ecologistas. Se han aprendido por fin el término "animalista". La seña de identidad de una nueva y flamante concejala de Alicante es "soy lesbiana, feminista y animalista". Me preocupa que el animalismo sea absorbido, nuevamente, por la izquierda radical. Mejor dicho: me preocupa que el animalismo se politice. Entiendo que es inevitable pero, en el momento que veo a una concejala histérica luciendo orgullosa sus señas de identidad, creo que todo el trabajo animalista de años se viene abajo. Convendría recordar que el único régimen que  prohibió la vivisección y la crueldad con los animales fue el de Hitler. Lo digo por si alguien tiende a pensar que "eso del animalismo" es cosa de rojos comunistas.

El partido que supo aprovecharse de la crisis para medrar, Podemos, tuvo en sus primeros programas los derechos de los animales bien visible. Ahora que están tocando poder, lo han hecho desaparecer. Y ese es el problema número uno. Son los políticos quienes aúpan a Fran Alcalá. Obsérvenlo detenidamente: es la imagen de la democracia.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

La Alemania "nazi"


El alcalde de Cádiz llamó nazi a Angela Merkel delante del cónsul alemán. Para la izquierda molona, los alemanes son nazis porque  tienen dinero y  nos manejan a su antojo. Todas las desgracias españolas se deben a que los alemanes son ricos y nos dominan. Ese pensamiento está bien para una tertulia familiar pero es absolutamente impresentable en alguien que ocupa un cargo público. Ese pensamiento expandido por la izquierda rancia ha dado sus frutos y ahora no hay adolescente que no piense que los alemanes son poco menos que los culpables de todas nuestras desgracias. Tengo un amigo que dice que si se trasladara toda la población alemana a Tanzania, y la población tanzana a Alemania, Tanzania sería el país más próspero de África. El matiz es importante. Lo primero es ver exactamente qué es eso de "nazi". Evidentemente para un energúmeno de izquierdas "nazi" es todo lo malo del mundo que no le gusta. Ha sido educado para pensar así. El fascismo y el nazismo son cosas infernales a combatir eternamente. Los jóvenes siempre están en vanguardia alertándonos cualquier atisbo de fascismo. Es una suerte contar con semejantes cerebros, siempre dispuestos a salvarnos del malvado fascista. El problema es que para ellos, cualquier cosa que no les entra en su atolondrado cerebro es fascista. Ese es el verdadero problema, la estrechez de mente del antifascista. La actual Alemania surgió de su derrota en la II Guerra Mundial en 1945. Desde esa fecha Alemania como país dejó de existir. Al principio se pensó en hacer de Alemania un país de agrícolas pobres (Plan Morgenthau) pero pronto se vio que eso no iba a ser ningún negocio. Así que hicieron que Alemania (la Federal, claro) fuera competitiva y rica. Sin embargo, como nación nunca ha tenido trascendencia. Alemania no ha tenido desde 1945 poder de decisión, ya que sigue siendo un país ocupado por las potencias vencedoras. Después de la guerra los alemanes fueron desnazificados. Y así siguen, bien despojados de su identidad. Y esa es la Alemania que los descerebrados comunistas actuales llaman "nazi". Y bien, en realidad lo que los comunistas denuncian es el capitalismo, no el fascismo ni el nazismo. Si tuvieran un poco de cultura, deberían de conocer el anticapitalismo implícito que lleva el nacionalsocialismo. Odiar Alemania se ha convertido en un deporte de los países afectados por la crisis. El rico es culpable de mis males. En realidad ese pensamiento es tan viejo como la humanidad. Curiosamente, Alemania es el país al que quieren ir a vivir los refugiados de guerra y los parados españoles. Una Alemania "nazi" que acoge con los brazos abiertos a refugiados, parados, hambrientos o jetas. A esa Alemania indefensa le llaman "nazi". 

martes, 8 de septiembre de 2015

La voluntad popular


Manuela Carmena, flamante nueva alcaldesa de Madrid, ha dicho recientemente que la "voluntad popular" desea que España reciba a los refugiados de guerra con los brazos abiertos. Ignoro cómo, en 24 horas, la alcaldesa ha sido capaz de conocer "la voluntad popular". Pero mucho me temo que ese conocimiento es el mismo que tienen los dictadores comunistas: todo lo que hacen emana de la voluntad popular. La alcaldesa puede traer a los refugiados que quiera: es una acción que nunca será puesta en entredicho. 

La base


El PSOE es un partido,  como todos los partidos democráticos, que se sirve de la mentira para gobernar. En democracia gobierna quien mejor miente. En 1982 llegó al poder, aupado por una gran mentira: sacar a España de la OTAN. El resultado es que España, en 2015, sigue en la OTAN. No necesito más discusiones políticas: me basta ese gesto para saber lo que es la política en democracia y lo que son los partidos que viven de ella. 

Lo normal en democracia es que haya dos modelos, dos partidos,  lo que se viene a llamar "bipartidismo". La población vive en idénticas condiciones bajo el gobierno de uno u otro partido. El milagro consiste en hacerles creer que sus vidas cambian. Para que uno de los dos partidos alcance el poder, el otro debe desgastarse en un combate. En general basta con algún escándalo ridículo, o simplemente que los parados aumenten. No voy a negar que existen diferencias esenciales. En general la derecha liberal es más honesta. La izquierda no lo es, puesto que su ideario es incompatible con el ejercicio del poder. A lo largo de la historia hay muchos ejemplos. Desde el famoso "No a la OTAN" hasta el actual ridículo de Tsiriza.  La formación griega pertenece a los partidos de nuevo cuño, que dicen ser alternativas al bipartidismo. En España también tenemos nuestra versión. Estas formaciones, a pesar de lanzarse como nuevas, como un aire nuevo en la política, son más viejas que los propios sistemas a los que denuncian. Surgen del comunismo rancio, de la hoz y el martillo, del antifascismo... pero apenas instalados en el poder se manifiesta su incapacidad para gobernar. La izquierda, no lo olvidemos, vive de sus promesas. Sin éstas, nunca alcanzaría el poder. Y cuando las promesas no dan más de sí, hurgan en el pasado para entretener a las masas. La historia la utilizan a su antojo y son ellos quienes deciden lo que sucedió en el pasado. Y las masas, entretanto, entretenidas con caramelos llamados "memoria histórica", retirada de bustos o cambio de nombres de calles, el eterno feminismo, el aborto libre, los derechos humanos... Caramelos envenenados. 

La izquierda sigue teniendo, no obstante, la capacidad de engañar al obrero. Hay una frase popular que dice que no hay nada más tonto que un obrero de derechas. En realidad lo que quieren decir es que no hay nada más tonto que un elector de derechas, sea obrero o no. Porque, en una sociedad igualitaria, ¿qué significa ser obrero? La "O" del PSOE es una antigualla. Aunque la "S" y la "E" ya solo sean testimoniales, lo único que le queda al PSOE es la "P", que no va tardar en perder en favor de la "P" pujante llamada Podemos. 

Lo que me maravilla no es que surjan nuevos partidos. Lo realmente maravilloso es que la gente se siga entusiasmando con ellos. Dicen ser antisistema pero no lo son. Yo he sido un antisistema prácticamente toda mi vida. He criticado el bipartidismo y la democracia toda mi vida. Por eso mismo no me ha sorprendido esta crisis, ni los escándalos de corrupción, que tanto parece preocupar a los españoles. ¿De verdad nadie se imaginaba hace tan solo 10 años que los políticos se lo llevaban todo a manos llenas? A mi no hacía falta que me lo dijera ningún periodista avispado. Me lo imaginaba y punto. Pero nunca saldría a la calle a protestar por eso. Un pueblo fácil de gobernar se merece unos políticos corruptos. Un pueblo capaz de abrazar a partidos formados por universitarios caprichosos, tampoco se merece nada. El verdadero antisistema debe saber cuál es la base sobre la que se asienta el sistema que pretende derrotar. Si no lo sabe, nunca lo derrotará y se verá envuelto en un doblepensar interminable. ¿Y cuál es esa base? Es muy sencillo. La forma la consigna "Libertad, igualdad y fraternidad"


lunes, 7 de septiembre de 2015

Aylan Kurdi


A los occidentales se les manipula con una fotografía. Tan simple y tan eficaz. 

Nacho Duato


Nacho Duato fue director de la Compañía Nacional de Danza desde 1990 hasta 2010. Veinte años de sueldo pagado por los españoles. Ignoro los motivos de su cese, aunque entiendo que nadie es eterno. Después el señor Duato ha trabajado en Rusia y en Alemania. Pero vuelve a España para despotricar de España. No le gusta este país tan desagradecido, que le alimentó durante 20 años. Le ha sabido a poco. Y habla maravillas de los rusos, que tan aficionados a la danza son que hasta Putin va a ver sus espectáculos. En España somos unos incultos incapaces de entender el buen arte. Aunque el bueno de Nacho cree saber por qué los españoles son tan analfabetos: porque sus gobiernos no educan en esa materia a sus ciudadanos. Qué malo debe de ser el gobierno español que no le inculca al joven los valores de la danza. Al parecer, Nacho habrá podido comprobar in situ lo superior que debe de ser la población rusa, tan avanzada en la danza. Y claro, cuando regresa a su país se dedica a despotricar en cualquier medio sobre el país que le subvencionó 20 años. ¿Cómo es posible que los propios medios de comunicación den cobertura a semejante imbécil? La cuestión no es baladí: lo hacen porque les gusta más cualquier personaje de tres al cuarto que hable mal de España, y a ser posible del actual gobierno, que cualquier personaje que adore su país. El señor Duato trabaja ahora en Berlín y habla maravillas de Alemania, un país que no es el suyo. En general el español medio admira todo lo foráneo porque ha sido educado en el complejo. Todo lo nuestro es malo y todo lo de fuera es digno de admirar.


El colofón a tanta gilipollez llega cuando nuestro bailarín admite que la bandera que más le gusta es la gitana. Los gitanos sí que entienden la danza de Nacho. Seguro. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Aspersores en Auschwitz


Finalmente han colocado unos aspersores en Auschwitz para paliar el calor de los visitantes. Esto es algo habitual en todos los parques temáticos. Muchos judíos han calificado el hecho como de mal gusto porque esos aspersores les recuerdan a las famosas duchas. Y yo me pregunto: ¿Por qué entonces se muestran las "auténticas" duchas a los visitantes? ¿No resultan de peor gusto? Ciertamente la noticia da para mucho debate. En Polonia, y en concreto en Cracovia, Auschwitz es una fuente de ingresos económicos. ¿Eso no molesta a la comunidad judía? La entrada del campo es lo más parecido a un parque temático. El turista se siente turista. Dispuesto a pasar rápidamente por la mayor desgracia de la humanidad. El turista de Auschwitz es manejable. El grado de sugestión que puede llegar a alcanzar le lleva a derramar alguna lágrima. Ese mismo turista probablemente viva en un lugar en donde ocurrieron hechos atroces. Pero lo ignora. La estupidez contemporánea le obliga a emocionarse en Auschwitz. Y lo hace sumisamente. Dicen que Goering afirmó que él decidía quién era judío. Ahora los judíos deciden qué es Auschwitz. 

martes, 25 de agosto de 2015

Indignados


Siempre he tenido dudas sobre el concepto de democracia. Digan lo que digan, me parece una simpleza el sacrosanto mandato digno del INGSOC “la mayoría tiene razón”. Sin embargo, para que la mayoría tenga razón, debe ser convencida previamente. Y la mejor forma de convencerla es hacerles sentir indignados. Cuanto más indignes a un ciudadano más te apoya.  Esa es una forma pero hay otra: convencerle de que lo que tiene es más de lo que se merece y de que lo que tiene es un regalo del cielo del que nunca antes la humanidad se había beneficiado.  Dependiendo de la situación económica surgen unos y otros modelos. Nos han dicho que la situación actual es mala y, por lo tanto, han surgido movimientos de indignación popular. Me parecería maravilloso de no ser porque, a simple vista, ya se pueden ver símbolos comunistas por todas partes. Asombrosa manera de presentarse a la sociedad como un movimiento nuevo. A estas alturas ya es inútil discutir lo que ha representado el comunismo. Solamente las ganas que tenga el comunista de defender un movimiento que tiene en su haber más de 100 millones de muertos. Incluso se podría pasar por alto ese aspecto y observar algún país que haya vivido la experiencia comunista con buenos resultados. En fin, de todos es conocida la realidad: no ha habido ninguno en donde los derechos más elementales se hayan respetado.  Con esta realidad, quien se presente a la sociedad como comunista debe estar dando explicaciones constantemente, así que optan por desvincularse del comunismo, pero sin condenarlo. ¿Y por qué hay que condenar al comunismo? Muy sencillo: porque ellos nos han obligado a condenar al fascismo durante décadas. Solo por eso. Durante décadas nos han presentado al fascismo como al mismísimo diablo de forma que, cuando un adolescente lleva una esvástica tachada cree estar luchando por algo. Pero no lucha contra el fascismo por la simple razón de que este no existe. El fascismo imaginario de ese adolescente es el que le han inculcado. Naturalmente, ningún antifascista ha estudiado lo que fue el fascismo, por supuesto. Por lo tanto, lucha contra algo que ni siquiera conoce. ¿No es fabuloso? Introduciendo una doctrina falsa en la mente de la gente se obtienen resultados notorios. Al fin y al cabo, el ser humano siempre está dispuesto a creer ciegamente. Siempre ha sido así. Antiguamente las personas eran analfabetas. Pero el milagro consiste en seguir haciendo a la gente sumisa en el pensamiento, a pesar de tener una educación. Por lo tanto, ¿cuál es la diferencia entre un indignado o un joven antifascista y un votante de partidos convencionales? Absolutamente ninguna, por supuesto. Todos vienen de la misma raíz que es el término de la Segunda Guerra Mundial. En ese conflicto lucharon el comunismo y las democracias contra el mal absoluto que fue el fascismo. 

(Escrito en 2014, al inicio del auge del grupo político Podemos)

miércoles, 19 de agosto de 2015

Ancianos y adolescentes


El 15 de julio 8 ancianos murieron en un incendio. Cuando leí la noticia pensé que el suceso iba a tener “entretenidos” a prensa y ciudadanos. Sin embargo, los medios decidieron no airear la noticia en exceso y los 8 muertos pasaron sin pena ni gloria. Unos días después, un autobús colisionó en un túnel y dejó heridos a varios estudiantes de Bilbao. 

Las dos noticias son un perfecto ejemplo de lo que representa hoy en día el periodismo y, sobre todo, cómo éste manipula los sentimientos. ¿Cuál de los dos hechos es más grave? Es evidente que 8 fallecidos. Sin embargo los muertos cometieron un error gravísimo: ser viejos. Bastó ese dato para que no tuvieran la misma gloria que los 53 jóvenes heridos en el autobús. 

Nuestro periodismo moderno decidió arropar constantemente a los jóvenes y sus familiares, dedicándoles amplios reportajes. Pero hubo un hecho que me llamó la atención: cuando los jóvenes regresaron a su ciudad, fueron recibidos por un grupo de psicólogos para aliviarles el trauma. El detalle me hizo pensar en nuestra ridícula civilización. Si nuestros adolescentes tienen que ser asistidos psicológicamente ante una adversidad, ¿cómo vamos a sobrevivir como nación si al primer obstáculo nos aterrorizamos? Pienso en los niños de la guerra, en cualquier país en conflicto. Pienso en las personas que acaban de ser bombardeadas. ¿Tendrían suficientes psicólogos para aliviar su dolor? 

Por otra parte, ¿qué le puede decir un psicólogo a un joven que acaba de sufrir un accidente? ¿cómo puede consolarle? Y, lo más importante: ¿lo logra?. Nuestra sociedad, acostumbrada a defenestrar sacerdotes, tolera a los psicólogos como los nuevos brujos. 

Siempre he tenido curiosidad por ver qué le dice un psicólogo al paciente por, pongamos por caso, un abandono sentimental. ¿Tienen fórmulas para acortar el sufrimiento? ¿De verdad las tienen? Pues bien, los psicólogos pueden “recetar” pautas a seguir, algo que cualquier amigo puede hacer sin necesidad de títulos pomposos. He conocido un caso de un psicólogo que cogió la baja tras la muerte de su madre.

Pero nuestra sociedad es débil. Tan débil que tolera estas situaciones cómicas.     
 Atiborrados de solidaridad mal entendida, la sociedad responde a los estímulos que ella misma se ha impuesto. 

Provocar la reacción de las personas es muy fácil. Si se ofrecen imágenes de ancianos calcinados o, peor aún, de ancianos moribundos por el incendio y se adereza con comentarios de personas indignadas por la desgracia, la sociedad se sentirá dolida, abominará del político de turno y se iniciará el oportuno debate sobre el estado de, supongamos, las residencias de ancianos. Pero si se decide no hurgar en la noticia, la sociedad lo olvida rápidamente.