domingo, 15 de octubre de 2017

Orwell y la verdad histórica


Uno de los miedos de George Orwell era que, con la victoria de Franco en la Guerra Civil, el bando nacional falsificara la historia. Pensaba que en unos años Franco destruiría toda clase de documentos que la historia perdería para siempre.  Orwell sabía que quien controla el pasado controla el futuro. Lo cierto es que, contra el criterio de Orwell, la Guerra Civil Española ha sido la única guerra que ha terminado siendo escrita por sus perdedores. Basta ir a una librería a su correspondiente sección para corroborarlo.

 Sin embargo, Orwell pensaba que la historia se falsificaría: "¿Cómo se escribirá la historia de la guerra civil española? Si Franco se mantiene en el poder, los libros de historia los escribirán sus prebendados y  el ejército ruso que nunca existió se convertirá en hecho histórico que estudiarán los escolares de las generaciones venideras. Pero supongamos que dentro de poco cae el fascismo y se restablece en España un gobierno más o menos democrático; incluso así, ¿cómo se escribirá la historia? ¿qué archivos habrá dejado Franco intactos? Y aun suponiendo que se pudieran recuperar los archivos relacionados con el lado republicano, ¿cómo se podrá escribir una historia fidedigna de la guerra? Porque, en el bando republicano también hubo mentiras a espuertas. Desde el punto de vista antifascista se podría escribir una historia de la guerra que seria fiel a la verdad en términos generales, pero sería una historia partidista que no merecería ninguna confianza en lo que se refiere a los detalles de poca monta. Sin embargo, es evidente que se escribirá una historia, la que sea, y cuando hayan muerto los que recuerden la guerra, se aceptará universalmente. Así que, a todos los efectos prácticos, la mentira se habrá transformado en verdad." Orwell también podría haber escrito algo parecido sobre la 2 Guerra Mundial, al fin y al cabo, los alemanes podrían haber destruido toda clase de documentos comprometedores durante su ocupación europea.

Los críticos de la historiografía de la II Guerra Mundial siempre aducen que ésta ha sido escrita y aceptada solo por los vencedores. Franco tuvo la oportunidad de escribir la Guerra Civil pero, a su muerte, ocurrió lo contrario. Sin embargo, el mismo Orwell, empeñado siempre en la verdad, cayó en el error de creer en rumores de la época. Por ejemplo, en marzo de 1939 daba por cierta la cifra del millón de muertos. Hoy se acepta que fueron bastantes menos. En el mismo artículo, llamado "La cesárea española" expresaba su temor: "si vence Franco no habrá esperanza que valga a corto plazo; aun así son difíciles de prever los efectos a largo plazo de una victoria franquista... Si vence, Franco frenará con su victoria el desarrollo de España, pero a buen seguro solo mientras determinadas potencias extranjeras encuentren rentable prestarle apoyo... el deseo de de libertad, de cultura y de un nivel de vida decente se ha extendido tanto que no puede ser sofocado por el oscurantismo ni por la represión." Orwell no vivió para ver el desarrollo de la España franquista.

El mismo año, cuando Franco ya había ganado la guerra, Orwell dijo: "Los buenos libros de guerra casi siempre se escriben desde el punto de vista de una víctima, pues no otra cosa es el ciudadano medio en relación con la guerra."

Durante la Primera Guerra Mundial se extendieron por el mundo muchas mentiras acerca de los alemanes. Orwell pensaba que aquello fue contraproducente: "Parte del precio que pagamos por las mentiras sistemáticas de 1914-1918 fue la exagerada reacción germanófila que siguió." Y después escribe una de sus famosas sentencias: "Es sabido que la verdad se vuelve mentira cuando la formula el enemigo."

Recientemente, durante la crisis catalana, han circulado por las redes sociales fotografías de represión policial falsas. Curiosamente, lo de menos es que sean falsas. Lo importante es que una masa acrítica está dispuesta a creerlo. Los errores se repiten una y otra vez. Orwell dijo que "en España vi por primera vez noticias de prensa que no tenían ninguna relación con los hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una mentira corriente vi informar sobre grandiosas batallas cuando apenas se había producido una refriega, y silencio absoluto cuando habían caído cientos de hombres. Vi que se calificaba de cobardes y traidores a soldados que habían combatido con valentía, mientras que a otros no habían visto disparar un fusil en su vida." La historia se repite. Y lo peor de todo es que se repite en un momento de máximo acceso a la información. En la imagen podemos ver a una mujer que porta un cartel que reza "Franco ha vuelto". Naturalmente es mentira. Pero es una mentira que gusta a muchos y que incluso la creen con firmeza. Identificar unos disturbios policiales con Franco es a todas luces una estupidez. No hace falta decir que los regímenes democráticos usan a su policía cuando lo consideran necesario. Pero eso no los convierte en "fascistas". Tampoco hay que extrañarse. En general son personas que afirmaron que los terroristas del último atentado de Barcelona fueron "ejecutados".

En Barcelona es habitual ver en los escaparates de las librerías "Homenaje a Cataluña", como un producto para turistas. Imagino la desilusión de los turistas, que comienzan a leer el libro y no encuentran ningún homenaje a Cataluña. Orwell se hizo "orwelliano" tras su experiencia en la guerra de España.

Cada año que se celebra en España el 12 de octubre, surgen encendidos debates sobre el descubrimiento. La izquierda progre tiende a pensar que aquello fue una masacre y exterminio de los indigenas. El escritor Roger Griffin dice que nunca podrá convencer a los marxistas porque pertenecen a otra especie humana diferente. En realidad, los discursos progres están dirigidos exclusivamente para sus esquemas mentales, en donde encaja perfectamente la idea de que los españoles fueron unos exterminadores natos. Ver otra realidad diferente a la verdadera es un caso para la psiquiatría.

 Ferran Gallego afirma que "la gente a veces se cree que la historia es un Western donde gana el bueno. No gana el que tiene la razón, sino el más fuerte". Pero una cuestión es lo que la gente crea y otra bien diferente la realidad. Aun debe quedar mucha gente en Rusia que cree que  Katyn fue un crimen alemán. El independentismo catalán se basa en gran parte en la educación desde la más tierna infancia. De forma que volvemos una vez más, al pensamiento orwelliano "Quien controla el pasado controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado." La ironía del destino es que Orwell nunca llegaría a pensar que serían los perdedores de la Guerra Civil Española quienes terminarían escribiendo esa guerra. 

jueves, 12 de octubre de 2017

La masa desilusionada


           "Los gobiernos de izquierdas casi siempre decepcionan a quienes los apoyan porque, incluso cuando es posible alcanzar la prosperidad que han prometido, siempre es preciso un incómodo periodo de transición acerca del cual poco se ha dicho de antemano." (George Orwell)


Ésta fotografía es fascinante. Nos muestra a una masa decepcionada porque, tras años de matraca independentista, ésta no llega nunca. Recoge el momento en que un presidente no dice nada y un pueblo se decepciona, una vez más. ¿Realmente la gente aun sigue creyendo en los políticos? Sorprende observar que, en sociedades en donde no existe censura (eso dicen) y en donde cada ciudadano tiene la oportunidad de documentarse, aun los políticos consigan esperanzar. Uno no tiene más que leer para desconfiar de las falsas promesas. Pero la masa es engañada una y otra vez.

Esta masa desengañada y triste es la misma que podría haber estallado en vulgar júbilo si el presidente de turno les hubiera dicho que ya eran independientes. Sin embargo, la masa moderna no está acostumbrada a las decepciones ni al sacrificio. Hasta hace no mucho, los países se formaban a base de sacrificio y sangre, no por manifestaciones ni urnas.

Una mujer independentista catalana decía que en una Cataluña independiente todos serían iguales, habría más justicia y el machismo sería erradicado. Esa mujer representa a la perfección al individuo medio que es utilizado por los políticos. Un individuo dispuesto a creer y a ilusionarse.

No nos engañemos: la época en la que se fundaban naciones se acabó hace mucho tiempo. Una Cataluña independiente tendría los mismos dioses que ahora: Amazon, Apple, Facebook, Twitter o Zara.