miércoles, 12 de julio de 2017

El Esperpento


Esperpento: "Género literario que se caracteriza por la presentación de una realidad deformada y grotesca y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula."

Hace unos días me presenté en unas oficinas de Lanbide, el servicio de empleo vasco, para hacer unas gestiones.  Filas de personas, africanos y magrebíes, principalmente, llenaban las oficinas. No quedaban asientos para sentarse.  Un magrebí me pidió que le ayudara a sacar el ticket de espera. Apenas hablaba español, lógicamente no lo sabía leer. Las paredes de la oficina estaban decoradas con carteles propagandísticos de Emakunke, el servicio vasco de la mujer. Me llamó especialmente la atención un cartel (arriba, en la foto) en el que aparece una mujer negra (o si se prefiere  "mujer de color") junto a un hombre blanco. "Aquí primamos el talento. Por eso es ella nuestra nueva directora". Tuve la impresión de encontrarme en medio de una distopía.  Me di la vuelta y observé otro cartel:


"Las cadenas de chistes machistas terminan en mí". Observé alrededor. Los inmigrantes que había  no prestaban atención a los carteles. No les interesaban en absoluto. 

Cuando, tras más de tres cuartos de hora de espera, me tocó el turno, la funcionaria se extrañó de mi petición. "Aquí solo atendemos las RGI", me dijo. Observé que en su mesa tenía un cartelito que decía "hablo euskera", o algo así. Me pareció una perfecta humorada. Funcionarias que hablan euskera y terminan atendiendo a inmigrantes que ni siquiera comprenden el español. Pero es que, en el hipotético caso de que lo comprendieran, el chiste para ellos es hablar de feminismo. Y ahí tenemos los dos puntales de la modernidad vasca: el euskera y la inmigración. Eso sí, me gustaría que me explicaran cómo pretenden hacer entender a esos inmigrantes lo que es el feminismo. Supongo que el Gobierno Vasco no se ha planteado, ni por un momento, hacer una campaña sobre la igualdad de género entre los inmigrantes africanos. La realidad es que nuestra modernísima sociedad entrega nuestro dinero a quienes más odia: a los machistas y a los clasistas.

Bienvenidos al esperpento de la modernidad. 




sábado, 8 de julio de 2017

Hemingway, el falso ídolo


Las masas celebran un año más las fiestas en honor de San Fermín. Sorprende ver que la famosa fiesta de Pamplona conserve a un santo católico, en medio de una nueva oleada de odio hacia la Iglesia Católica. Supongo que hay aspectos de nuestra cultura religiosa que son complicados de erradicar.

Las fiestas de San Fermín son una golosina para un sociólogo. Son unas fiestas donde se maltrata animales, la gente se emborracha, se producen agresiones sexuales (supongo que tanto a hombres como a mujeres, pero de momento el acoso hacia el hombre no se toma en serio) y se honra a personajes intocables como Hemingway, a quien Pamplona debe en parte la gloria de los San Fermines.

A Hemingway se le honra porque en la Guerra Civil luchó en el bando republicano. Son muchos los historiadores (Beevor entre ellos) que apuntan que las acciones de las Brigadas Internacionales entorpecieron más que ayudaron y se dice que Hemingway fue un absoluto estorbo en el frente. Sus acciones provocaban un efecto desolador:

- "Al visitar el frente, algunos de estos visitantes se ponían a disparar con sus fusiles y ametralladoras hacia las líneas enemigas, como hizo Ernest Hemingway, pero por mucho que a los defensores les agradara ver caras nuevas en el frente, especialmente si eran famosas, les entusiasmaban mucho menos los bombardeos de respuesta enemigos que provocaban tales divertimentos". (La Guerra Civil Española, Antony Beevor)

De las guerras surgen falsos mitos y Hemingway es uno de ellos.

 En su obra "París después de la liberación", Beevor nos presenta un panorama aún peor del personaje. Asegura que Hemingway quiso torturar a un joven soldado alemán capturado durante la toma de París: "Voy a hacer que hable... quítale las botas. Vamos a chamuscarle los dedos de los pies con una vela". Sus compañeros no se lo permitieron. Pero Hemingway sí prestó una pistola automática para ejecutar a un traidor. Por supuesto, Hemingway era muy comunista pero se alojaba en el Ritz parisino, no en una casucha cualquiera.

Hemingway no sería precisamente bien recibido por el actual movimiento de ideología de género ya que fue un maltratador de mujeres y  de animales empedernido. La única virtud que comparten los fiesteros con Hemingway es el gran consumo de alcohol. Cuesta mucho admitir que autoridades y gentío puedan defender a un personaje como Hemingway.

La única conclusión válida para entender la incongruente defensa de Hemingway es que fue republicano. No hay otra. Pero no deja de ser una divertida ironía ver a las masas alcoholizadas, como su falso ídolo. 

sábado, 1 de julio de 2017

Desfiles



Cuando Corea del Norte quiere provocar a sus enemigos saca al ejército a la calle en interminables desfiles en donde muestra al mundo su poderío. Naturalmente, desde nuestra óptica democrática, eso nos parece deleznable. ¿A quién se le puede ocurrir amenazar con guerras en el siglo 21? nos preguntamos. Lo que se saca a la calle se muestra al mundo. ¿Qué sacamos en Occidente? Pues desfiles del orgullo gay, tan desafiantes como los tanques y misiles coreanos. Lo que en apariencia parece una conclusión homófoba, en realidad es todo lo contrario. Creo que hacer desfilar por las calles a gente semidesnuda, moviendo el culo y haciendo pasear a amos y esclavos, como si fuera un ejercicio de libertad (que seguramente lo es) en realidad se convierte en desdicha para millones de personas en el mundo. Debemos entender que no todo el mundo es igual que nosotros y que hay países en donde la homosexualidad es severamente castigada. Y creo que estos países, lejos de querer imitarnos, se radicalizan aún más. La ley contra la propaganda homosexual en Rusia no es más que una consecuencia de nuestro descaro. Ellos no quieren ver por sus calles a personas semidesnudas en posiciones lascivas. Y se protegen con leyes. Por tanto, me atrevería a decir que la difícil situación en la que se encuentran los homosexuales de Rusia es culpa nuestra,  en parte. A mayor radicalización nuestra, mayor radicalización de ellos. En muchos países de África y en los países árabes, no quieren parecerse en nada a nosotros. No quieren nuestro modo de vida, por muy incomprensible que nos parezca. Nuestra libertad les resulta lo más parecido al infierno.

Las reivindicaciones de los homosexuales han sido justas siempre. Como lo han sido las reivindicaciones de las mujeres y como lo son los derechos de los animales. La homosexualidad ha estado prohibida en prácticamente todo el mundo hasta hace bien poco. Por tanto, es un logro enorme lo conseguido. Enorme y, repito, justo. Pero, una vez conseguidos los derechos, ¿es la mejor manera de celebrarlo en desfiles de mal gusto?

Una de las proclamas más importantes del comunismo ha sido el internacionalismo. La idea de que todo el mundo sea igual es muy buena... pero pueril. No es posible. Por eso ellos hablan, con cierta hipocresía, de la famosa "utopia". Bien, no hace falta explicar los millones de víctimas que esa ideología ha provocado. Efectivamente, si todos los países del mundo fueran igual de demócratas que el nuestro, podríamos salir a las calles a celebrar orgullos, orgías y declaraciones amorosas sin miedo a que otros países se ofendieran. Pero el mundo nunca va a ser homogéneo. Jamás.

Los desfiles callejeros nunca son espontáneos. Son organizados concienzudamente por el sistema. Por eso resulta igual de obsceno ver desfiles militares que desfiles del orgullo.