domingo, 30 de diciembre de 2018

¡Alerta antifascista!





El reciente triunfo del partido VOX en las elecciones autonómicas andaluzas ha demostrado que no es necesaria la subvención pública para llegar al votante. Los tradicionales medios de comunicación no bastan, se están quedando obsoletos. Finalmente las personas pueden informarse por sí mismas a través de la Red o mediante simples vídeos pasados por móvil. Un vídeo de 30 segundos es más efectivo que un telediario. Los políticos tradicionales empiezan a sentirse desprotegidos. ¿Cómo es posible que un partido que no ha recibido subvenciones y que ha sido descrito como lo más parecido al mal absoluto haya obtenido 12 escaños cuando las encuestas no le otorgaban ninguno? Por supuesto, las encuestas no tienen ningún rigor y son manipuladas. La irrupción del partido conservador ha resultado interesante para ver la respuesta de los partidos tradicionales. Pablo Iglesias hizo una llamada a la movilización de sus tropas feministas, homosexuales e inmigrantes, cual “No pasarán” de la Pasionaria. Bueno, al final ya sabemos que terminaron pasando. Es interesante comprobar que la tropa de Pablo Iglesias, y de toda la izquierda, es una tropa minúscula compuesta por minorías. “Alerta antifascista”, amenazó un desconcertado Pablo Iglesias, incrédulo de su fracaso. De nuevo la amenaza del fascismo. 

Pero Pablo Iglesias, que probablemente tenga el récord de retracciones más vergonzoso de la historia de la política (¡en apenas 4 años de existencia!), no logró movilizar a sus “ejércitos”. No es casualidad que a los pocos días de su nuevo ridículo dijera que lo de Venezuela ya no está bien. No se puede tener más jeta. Es imposible encontrarse con un político más desvergonzado. 

La irrupción de VOX ha hecho que el panorama político se ponga interesante. Los medios de comunicación se refieren a esa formación política como “extrema derecha”. Nunca les he oído llamar “extrema izquierda” al partido comunista Podemos. 

VOX no solo surge como contrapartida a la inacción del Partido Popular, que se ha convertido en un partido amedrentado por la izquierda, incapaz de hacer nada que les moleste. VOX surge también como respuesta a la radicalización de la izquierda. Como la izquierda ha enloquecido por completo, sujetada exclusivamente por las chorradas de la ideología de género, la inmigración, el odio a España o el cambio climático, surge eso tan grave que llaman “ultra derecha”. 

El fascismo (el verdadero) surge siempre después del comunismo, nunca antes. Conviene no olvidarlo. El votante de Podemos alimenta el fascismo. La izquierda está desapareciendo en prácticamente todo el mundo, menos en España y en algún país mediterráneo. En Hispanoamérica está representada por el indigenismo, que es una gran mentira. El pensamiento de izquierdas falsifica el pasado para destruir a los países. Pregunten a cualquier progre qué hicieron los españoles en América y te responderá que “exterminar indígenas y robar oro”. Responden eso sin haber leído un solo libro del tema, por supuesto. El progre tiene el privilegio de saber de todo sin esforzarse.  Sabe que está dirigido por sabios y no necesita leer. Ya lo hacen otros por él. 

El historiador Ferran Gallego afirma: “No hacía falta que el fascismo existiera para que el antifascista tuviera entidad propia, es decir, sería ridículo que el antifascista tuviera virtualidad histórica cuando el fascismo había sido derrotado en 1945. ¿Qué necesidad había de declararse antifascista en 1970?… el antifascismo ya aparecía liberado de la presencia del fascismo y conservaba el nombre como un identificador nada despreciable.” Es decir, la proclama de Pablo Iglesias “¡Alerta antifascista!” es pura mentira. Los comunistas ya no disponen de proletarios que defender. Sus bases son ahora el movimiento feminista, LGTB, los discapacitados y los inmigrantes. 

Prosigue  Ferran Gallego:

“¿De verdad nos creemos que en estos momentos los europeos tenemos la conciencia de ser herederos de la cultura clásica, del Renacimiento, la Ilustración y el socialismo?, ¿tenemos cada uno de nosotros en la mente esa línea de continuidad de la civilización que nos da sentido? Somos un continente insignificante, no en el sentido de que sea pequeño, que también, sino en el sentido de que no tiene significado, hemos perdido esa noción de significado de civilización.”

Pedro Sánchez ha estado hace poco en Marrakech y ya se ha comprometido a traer a España a 100.000 inmigrantes. Ha suscrito el Pacto Global sobre Migración. Todo ello sin publicidad, por supuesto. Lo ha hecho exactamente igual que su primera entrevista como presidente del gobierno con George Soros, a escondidas. Sus medios de comunicación censuran el debate. El Pacto no ha sido firmado por Estados Unidos, Italia, Austria, Israel y varios países centroeuropeos. España lo ha firmado, por supuesto. Lo ha firmado Pedro Sánchez y lo hubiera firmado Mariano Rajoy. Que no quepa ninguna duda. La casta política no quiere que los españoles debatamos el asunto.

El verdadero castigo a los políticos es no votar. El abstencionismo es un ridículo para ellos. Es su mayor fracaso. VOX es un partido que hacía falta, para contrarrestar al comunismo y al separatismo. Pero VOX, como todos los partidos políticos en democracia, terminará por decepcionar a sus votantes y desaparecerá. El pastel lo tienen de momento en los abstencionistas. De su voluntad de no votar depende el futuro de los partidos, que tan inútiles, perjudiciales y enemigos de nosotros mismos han demostrado ser y pretenden seguir siendo. 


sábado, 3 de noviembre de 2018

Artistas locos


Un artista loco (en el rojerío viene a ser prácticamente lo mismo) ha pintarrajeado la tumba de Franco. Lo peor no es el acto en sí, sino la cobertura mediática que la prensa le da, que va desde la mofa al respaldo directo de la gilipollez del loco. La Fundación Francisco Franco, con Jaime Alonso a la cabeza, está haciendo una labor impresionante para impedir la exhumación del Caudillo. El actual gobierno del Frente Popular pretendía hacerlo en julio pasado. El pulso está resultando apasionante. Inmensa la labor que se está realizando en la Fundación. Lo mejor es que el Caudillo siga reposando en el Valle de los Caídos, ya que al fin y al cabo, fue una obra suya. Pero, de producirse la profanación, la posibilidad de trasladarlo a la Catedral de la Almudena, en pleno centro de Madrid, es sencillamente genial. Incluso la vicepresidenta roja ha ido al Vaticano a rogar. No se puede caer más bajo. Como lo tienen harto difícil, ahora incluso piden a la familia Franco que no sean tan malos y les dejen hacer lo que quieran. No hay mayor orgasmo para el PSOE y sus colaboradores del Frente Popular que exhibir la profanación de la tumba y celebrarlo como si se tratara del linchamiento del Duce en la Plaza de Loreto.

"Los restos de Franco salen del Valle", ha dicho la vicepresidenta Calvo, con su demoníaco aspecto. Da la impresión de que el PSOE gobierna solo con esa voluntad. Incluso preparan una modificación de su infame Ley de la Memoria Histórica. Cuando lo hayan logrado, podrán convocar elecciones.


El Gran Wyoming dijo en una entrevista que le concedió su casa, La Sexta, que "España no tiene una derecha normal". Me pregunto qué será para una persona de izquierdas "una derecha normal". Supongo que aquella que no existe, claro.  Dijo también: "últimamente me dicen por la calle 'Arriba España', hacía tiempo que no me pasaba".Y lo dice entre extrañado y enfadado.  Por supuesto, gran parte de la entrevista la pasó hablando de Franco, de quien gusta mucho mofarse en su programa. Para él, toda España sigue siendo franquista.

Gran Wyoming: "
No tengo ni idea de nada"

Wyoming por lo menos es sincero: se jacta de no tener "ni idea de nada". El problema es que el ignorante da lecciones de moral a diario en su Secta. Él cree que la justicia pasa única y exclusivamente por defenestrar y poner a bajar de un burro a Franco todos los días. Se indigna, patalea, lo pasa mal... "España sigue siendo franquista", brama. Pero, ¿la España actual es más franquista o más comunista?  Si España fuera franquista, Wyoming sería presentador de TVE y haría gracietas anticomunistas. Ahora se extraña de que la Fundación Francisco Franco le haya denunciado por parodiar al Caudillo.

Los antifascistas de hoy fueron los fascistas de ayer.

domingo, 7 de octubre de 2018

La nueva censura



Alberto Garzón, el comunista admirador de Stalin, se quejó en su Twiter en el año 2016 por la emisión de la película “con tintes franquistas” El santuario no se rinde: "18 de julio y TVE ha decidido programar en prime time una película de 1949 de propaganda fascista. ¿Cómo etiquetar a estos provocadores?”, escribió indignado el comunista. 

“Historia de nuestro cine” ha sido el mejor programa que ha tenido la televisión pública para descubrir el mejor cine de nuestra historia. ¿Cuál es el problema? Bien sencillo: la historia de nuestro cine contiene, nada más y nada menos, que 40 años de cine realizado en la España franquista. Eso no lo puede consentir la izquierda. 

En general, se tiende a creer que el cine español en la época franquista estuvo compuesto de “españoladas” (término despectivo, que ya se utilizaba en los años treinta) propagandísticas al servicio del franquismo. Sin embargo, el ciclo nos ha mostrado bien a las claras que, incluso en la época de Franco, se hicieron excelentes películas. Es más, nos ha demostrado que esas películas fueron laureadas internacionalmente.

Gracias al ciclo hemos descubierto joyas como “Viaje sin destino”, de Rafael Gil, “Frente de Madrid” de Edgar Neville, “Lo peces rojos” de Nieves Conde, “La ironía del dinero” de Edgar Neville, “A mi la Legión” de Orduña… En “Faustina” ,de Sáenz de Heredia, hay un maravilloso dialogo político típico del Régimen. En “Posición avanzada”, de Pedro Lazaga, hay una escena muy buena sobre la Guerra Civil: ver pescar juntos a los dos bandos de la guerra, en el mismo río, es toda una alegoría sobre la guerra. En “España otra vez” de Jaime Camino, hay escenas en donde se habla en catalán (¿no estaba prohibido hacerlo?). El cine de la época también nos muestra escenas maravillosas del Madrid de la época, como en “El día de los enamorados”, de Fernando Palacios. 

El ciclo “molestaba” mucho a la izquierda. Es un cinismo tremendo criticar la censura franquista y ejercer otra. Una de las primeras decisiones de los nuevos dueños de la televisión pública ha sido, cómo no, eliminar “Historia de nuestro cine”. O de mutilarlo para no emitir molestas películas “franquistas”. 

El partido comunista Podemos controla la televisión pública. Y sus tijeras de la censura se han hecho notar con rapidez. Les gusta educar a la población. No les gusta que las personas piensen por si mismas, no sea que descubran aspectos que quieren ocultar. Estamos siendo dirigidos por sin vergüenzas que creen que somos estúpidos. Educan a la población en su anticuada mentira del comunismo más recalcitrante. Son censores profesionales. Y son muy peligrosos porque confrontan a la población. Y la confrontación es su único lugar. Medran a base de mentiras impuestas. 

lunes, 10 de septiembre de 2018

Ejemplo de manipulación informativa a cargo de El País




El diario soviético El País, para decir que la derecha sueca avanza, pone la coletilla "con su discurso xenófobo". Así, para que no quede ninguna duda. Por supuesto, se intenta asustar al personal con la terrible palabra "nazis". Eso que no falte. 

Tampoco olvidemos el "detalle" de llamar "extremistas" a los patriotas. 

Finalmente, el periódico cambia el titular por otro más suave:






Lo mejor de todo, es que son los propios lectores los que ponen en su sitio a El País. En la sección de comentarios, sin duda lo más interesante del diario, el mensaje más votado fue este: "Venga, voy a jugar con El País a hacer titulares engañosos: "Suecia elige hoy entre la islamofilia suicida y la inmigración legal y controlada". 

Como vemos, los lectores no son tontos. Los tontos deben de ser los redactores de El País, que a cada noticia manipulada son los propios lectores quienes no se dejan manipular. ¿Para quién escribe El País si sus propios lectores no se creen sus mentiras?

miércoles, 22 de agosto de 2018

El decretazo


El PSOE, con su presidente okupa a la cabeza, va a valerse de un decreto-ley para poder desenterrar a Franco del Valle de los Caídos. Curioso que para poder sacar a un "dictador" (así le llaman) tengan que recurrir a métodos dictatoriales. Bien pensado no es curioso. La forma de gobernar de la izquierda siempre ha sido dictatorial. No conocen otra cosa que la prohibición. Cuando sienten una rabia profunda siempre recurren a la prohibición. A muy pocos españoles les ha preocupado en los últimos 40 años dónde descansan los restos de Franco. Pero el PSOE cuando está en horas bajas siempre recurre al fascismo como eterno enemigo a batir. Quieren hacernos olvidar que fue el fascismo el que le liquidó. Y si algo se debe agradecer a Franco es el no haber permitido que durante sus cuarenta años de gobierno existiera ese esperpento llamado PSOE. Reconozco que tuvo que ser bien bonito vivir sin ese partido corrupto y manipulador.

Acabo de pasar unos días en Rusia. No pude ver la momia de Lenin, ni la tumba de Stalin, porque a diario las filas para hacerlo eran interminables. Estamos hablando de dos de los mayores asesinos de la historia. Franco al lado de ellos es una mera anécdota. Sin embargo, Franco fue el único que derrotó al comunismo. Solo por eso, ya merece un respeto que ahora se le niega. Porque, no lo olvidemos, aquellos que ahora profanan tumbas, y que lo hacían sin cesar en la República, jamás condenarán a Lenin ni a Stalin. Para ellos solo hay una historia, reflejada en documentales y artículos diarios: la maldad del fascismo que hay que mostrar para que no se repita. Destacar a diario los crímenes fascistas y olvidar los comunistas es ciertamente una canallada. Pero lo hacen. La sociedad lleva años anestesiada. No protesta. ¿Cómo no va a estar anestesiada si no hay documental o periódico que no nos recuerde a diario lo que fue el fascismo?

En Rusia es habitual toparse con símbolos comunistas. Apenas los han retirado, al contrario de España, en donde los ayuntamientos se han empleado bien en quitar todo símbolo falangista. A la entrada de la Plaza Roja, un monumento al mariscal Zhúkov, héroe de la Gran Guerra Patria, pero un carnicero en la práctica. Y ahí sigue el monumento. Los edificios oficiales siguen conservando la hoz y el martillo. Todo un parque, el Centro Panruso de Exposiciones, está dedicado a los logros de la URSS.

Cualquier tienda de recuerdos de Moscú vende postales, camisetas, encendedores y mil objetos más dedicados  a Lenin y a Stalin. Los que ilustran éste artículo están recién comprados.

¿Qué ocurriría si nuestras tiendas de souvenirs se llenaran de objetos dedicados a Franco? Ni siquiera la tienda que hay en El Valle de los Caídos vende nada con la efigie de Franco. España olvidó a Franco a los pocos meses de morir. Pero ahora del odio se ha pasado la vendetta más grosera.


sábado, 21 de julio de 2018

Almodóvar & McNamara - Las dos Españas


En Fabiografía, las memorias de McNamara recogidas por Mario Vaquerizo, el icono de La Movida ya nos advierte:

"He llegado a la conclusión que durante el final de la dictadura de Franco se podía hacer de todo. Hablo por mi experiencia, no sé cómo será la de otros, pero recuerdo siendo muy jovencito hacer lo que me daba la gana."

"Que no me digan a mí que en la época de Franco se comían a los maricones crudos porque eso es mentira. Claro que existía la ley de vagos y maleantes, pero que nadie se olvide de que esa ley la sacaron en la República, los republicanos, y Franco lo que hizo fue conservarla."


"Con esto me refiero a que no es que no hubiera libertad, lo que no podías ir diciendo es 'soy comunista', y meterte en el rollo del politiqueo, pero para ir vestido como te diera la gana y hacer lo que te pidiera el cuerpo, sí que lo podías hacer, incluso más que ahora, ya que entonces no había peligro de que te robaran, de que te asaltaran, de que te vieran cuatro rumanos o cuatro moros con tus pintas y te pegaran un palizón. Ahora a ver quién se atreve a ir por ahí con mucho escándalo. "


"Por tanto, he de reconocer que con Franco hice lo que quise. Menudas son los maricones, como para estarse calladitas. Se pasaban a Franco por la brinca del coño. Además, antes vestirse con flash tenía mucho más mérito que ahora. "




Las memorias son del año 2014.

Todo esto viene a cuento porque el bueno de McNamara acudió al Valle de los Caídos ataviado con una bandera preconstitucional para reivindicar y apoyar a Franco. El consenso general es que McNamara está loco. El problema es que, quienes le tildan de loco, le jaleaban cuando cantaba que quería ser mama y que incitaría a su hijo a dedicarse a la prostitución. Cuando McNamara se metía por la nariz hasta la cal de las paredes, al parecer era el paradigma de la modernidad. Y, ahora que defiende a Franco, está loco de remate. Sin embargo, yo creo que McNamara fue transgresor en los años ochenta, y lo es ahora más al declararse admirador de Franco. ¿Ser transgresor y moderno no es, al fin y al cabo, estar contra el sistema? ¿Y qué mejor forma de transgredir que admirar aquello que el sistema detesta? Ya en los años ochenta las Costus dedicaron al Valle de los Caídos toda una serie de cuadros. ¿No representaba semejante acto una reconciliación absoluta entre las dos Españas? Dos pintores gays recreando un monumento franquista. No se me ocurre mejor manera de terminar los tabúes.

Andy Warhol, máximo ídolo de la Movida y de la modernidad, cuando llegó a Madrid, se fijó en McNamara y, según cuenta El País "estaba obsesionado con la arquitectura fascista y quiso que le llevaran al Valle de los Caídos". Warhol era católico y acudía a diario a misa.

Hablar de Franco, y además desde la ignorancia más absoluta, más de 40 años después de su muerte es, sencillamente, una canallada repugnante. Almodóvar ya ha dado sus parabienes al nuevo gobierno del Frente Popular. McNamara no.

La rebeldía está muy bien cuando se es joven. De hecho, lo que se espera de la juventud es rebeldía. Por eso, cuando Almodóvar & McNamara surgieron en los primeros años ochenta, tenían su razón de ser. El problema viene cuando uno se hace mayor y no cambia de ideas. Hay muchos intelectuales que en su juventud fueron comunistas y en su madurez han cambiado de opinión: Sánchez-Dragó, Jiménez Losantos, Antonio Escohotado, Pío Moa...

En los años ochenta admiré  a Pedro Almodóvar. "Que he hecho yo para merecer esto" y "La ley del deseo" me parecen dos películas magníficas. En aquellos años Almodóvar nos hacía reír con sus provocadoras declaraciones y era un tipo simpático. Pero con el tiempo se le fue agriando el carácter. En la gala de unos Goya afirmó :“Buenas noches amigos de la cultura y del cine. Señor Wert usted no está incluido en esto”. El ministro era del PP y mantenía un IVA cultural alto. A mi también me gusta que se bajen los impuestos, no solo en lo cultural. El problema es que lo que llamamos "cultura" en España es en realidad el corralito de unos cuantos privilegiados como Almodóvar, que siempre han gozado de subvenciones, incluso cuando ha gobernado el temido PP. 

Almodóvar tiene una camarilla "progre" muy influyente, como los Bardem... Se pasan la vida denunciando el franquismo pero jamás denuncian regímenes criminales como el cubano o el venezolano. Almodóvar salió, hace no mucho, en un listado de famosos que tenían su fortuna en paraísos fiscales. Un millonario progre, vamos. No creo que McNamara tenga mucho dinero. Pero a buen seguro que es más feliz con su fe que Almodóvar con todo su dinero. La Guerra Civil Española ya era historia cuando nuestros padres jugueteaban por aquella España de los años cincuenta y ahora se empeñan en resucitarla constantemente. Mi madre cuando ve éstos días a Franco tan a menudo se muestra muy extrañada. "¿A qué viene hablar de Franco ahora?", me pregunta. Los recuerdos que tiene ella del Caudillo son que tenía una vocecita aguda y que inauguraba pantanos. También sabe que algún familiar fue torturado en la postguerra. 


Algo bueno tiene el Almodóvar actual, que comparte con McNamara: ambos no tienen redes sociales. Eso me parece bien, porque no hay nada más vulgar que compartir tu día a día con los fans. El famoso que comparte su vida en las redes sociales termina "humanizándose" y pierde interés. 

Los caminos bien diferenciados de Almodóvar & McNamara representan a la perfección a las dos Españas del siglo XX.  Almodóvar detesta a la Iglesia Católica y McNamara acude a diario a misa. Ambas historias sí son dignas de una película. McNamara, como buen católico, sabe que durante la II República te asesinaban si ibas a misa. Quieren convertir en delito afirmarlo. Pero la historia no se puede borrar, por mucha ley de memoria histórica que nos quieran imponer. 

miércoles, 27 de junio de 2018

Un día cualquiera en la redacción de El País

El periódico El País es el segundo en lectores, tras el Marca. En España no existe prensa de "derechas", ni liberal, ni nada que esté contra la izquierda. En España los medios de comunicación son controlados absolutamente por la izquierda. Un día, tan solo uno, me dediqué a hacer pantallazos del lavado de cerebro que hace El País a diario. Pasen y vean:

 La eterna lucha contra el franquismo. Pero ¿Un comunista? Claro. El comunismo fue una cosa muy buena. Para El País no existe el Gulag, ni la represión comunista.













La matraca diaria sobre la inmigración. Uno no entiende por qué seguimos teniendo fronteras. ¡Que las quiten de una vez y que pase quien quiera!


Adoctrinamiento feminista a diario.

Una noticia muy importante y muy interesante: los nombres de los mellizos de los comunistas Pablo Iglesias e Irene Montero. 

Adoctrinamiento diario LGTB

Adoctrinamiento diario contra la xenofobia. Hablan de los bulos que les da la gana, claro. 

Adoctrinamiento contra el machismo. Las mejores imágenes de la jornada siempre son imágenes de extranjeros pobres, muy pobres. 

Más adoctrinamiento LGTB

Ana Belén, sorprendida gratamente con Pedro Sánchez. Esta mujer es una clásica del rojerío millonario. 

Otra de adoctrinamiento LGTB.. y van....

Otro clásico que nunca falla en El País: los nazis y Ana Frank. 


martes, 12 de junio de 2018

España, atrasada


Los españoles siempre hemos tenido complejo de estar atrasados. Por eso nos gusta presentarnos como campeones de la modernidad, con resultados ridículos. En Europa se cuestiona el recibimiento de hordas africanas, no por racismo ni por causas humanitarias, sino por lo que son: mafias organizadas que trafican con seres humanos motivadas por nuestro humanitarismo.

Y hete aquí, nuestro flamante Presidente pasmao, el campeón de la gilipollez, que no ha tardado en reaccionar: España va a acoger el buque con 600 inmigrantes que Italia, harta ya, no quiere acoger. 

España no ha quedado como la campeona del humanitarismo. España ha vuelto a quedar como un país atrasado. Pero esto es solo el comienzo. Pedro Sánchez y su camarilla contranatura aun van a desestabilizar más al país. El show no ha hecho más que comenzar. 

Todo esto no lo van a pagar los campeones de la solidaridad. Porque la solidaridad es muy fácil de aplicar cuando no sale de tu bolsillo. Cuando sale de los impuestos de todos (y todas) la cosa es bien sencilla: a pagar más impuestos y a hacer frente a los nuevos problemas que acarreará el asunto. Al fin y al cabo los políticos tienen una función: crear problemas donde antes no los había e intentar darles solución. La cuestión es que, una vez enquistado el problema, la solución se hace imposible. 

jueves, 7 de junio de 2018

El presidente pasmao


La grandeza de la democracia es que cualquier tontaina puede ser presidente. Aunque yo diría que la excepción en democracia es que alguien inteligente lo sea. El PSOE solo llega al poder mediante catástrofes, naturales o provocadas. Es el partido que más se debería avergonzar de su memoria histórica. Desde los asesinatos de los años 30, su desaparición tras la guerra, el resurgimiento tras la muerte de Franco financiado por Alemania (ironía que fuera también Alemania quien financiara al Caudillo), los asesinatos de los años 80 y 90, la corrupción institucionalizada...

La fotografía nos ilustra a la perfección al PSOE: el ya presidente del Gobierno rodeado de libros sobre la Revolución Rusa. Poco hay que añadir. A buen entendedor pocas palabras bastan. Pues eso: la Revolución Rusa, aquella orgía gigantesca de sangre. El más grande engaño de todos los tiempos. Pasen y vean la exhibición de atrocidades. 

lunes, 14 de mayo de 2018

Eduard Limónov



En su biografía novelada de Limónov, Emmanuel Carrère hace una descripción del presidente ruso Putin que resulta muy interesante:

“Para la campaña electoral de 2000, publicaron un libro de entrevistas con Putin titulado 'En primera persona'. Título probablemente elegido por algún comunicador, muy acertado. Podría aplicarse a toda la obra de Limónov y a una parte de la mía. Con respecto a Putin, no ha usurpado el título. Dicen que habla el lenguaje estereotipado de los políticos: no es cierto. Hace lo que dice, dice lo que hace, cuando miente lo hace con tanto descaro que no engaña a nadie. Si uno repasa su vida, tiene la perturbadora sensación de que es un doble de Eduard (Limónov)… Desconfió de la perestroika, aborreció que unos masoquistas o agentes de la CIA se rasgaran las vestiduras por el gulag y los crímenes de Stalin, y no sólo vivió el fin del imperio como la catástrofe más grande del siglo XX, sino que todavía hoy lo afirma sin rodeos. En el caos de los primeros años noventa estaba en el bando de los perdedores, los engañados, y se vio obligado a conducir un taxi. Le gusta, como a Eduard, que le fotografíen con el torso desnudo, musculoso, en pantalón de faena, con un puñal de comando en el cinto. Al igual que Eduard, es frío y astuto, sabe que el hombre es un lobo para el hombre, solo cree en el derecho del más fuerte, en el relativismo absoluto de los valores, y prefiere inspirar miedo que sentirlo. Como Eduard, desprecia a los lloricas que consideran sagrada la vida humana… Le diferencia de Eduard el hecho de que ha triunfado. Es el amo. Puede ordenar que los libros escolares no sigan hablando mal de Stalin, meter en cintura a las ONG y a los hipócritas de la oposición liberal…. Hay algo más. Putin repite en todos los tonos algo que los rusos tienen una necesidad absoluta de oír y que puede resumirse así: ‘No tenemos derecho a decir a ciento cuenta millones de personas que setenta años de su vida, de la vida de sus padres y de sus abuelos, que aquello en lo que creyeron, por lo que se sacrificaron, el aire mismo que respiraban, que todo eso era una mierda. El comunismo ha hecho cosas horribles, de acuerdo, per no era lo mismo que el nazismo. Esta equivalencia que los intelectuales occidentales exponen hoy como obvia es una ignominia. El comunismo era algo grande, heroico, hermoso, algo que confiaba en el hombre y que daba confianza en él. Había inocencia en aquella fe, y en el mundo despiadado que vino después cada cual la asocia confusamente con su infancia y con las cosas que te hacen llorar cuando respiras bocanadas de la infancia.”

El pensamiento de Putin se puede resumir con esta frase de Putin que Carrére sitúa al comienzo del libro:

“El que quiera restaurar el comunismo no tiene cabeza; el que no lo eche de menos no tiene corazón.”

Carrére, al final de su obra, piensa que no hay diferencia entre Putin y su enemigo Limónov. Y ahí tenemos la gran diferencia entre la actual Rusia y el Occidente marcado por los derechos humanos y las ONG. Tanto Putin como Limónov detestan hablar del pasado condenándolo constantemente. ¿Nos imaginamos algo así en España, donde se ha instaurado el odio hacia el pasado?


Viví los diez últimos años de Franco. Conservo los recuerdos de una niñez feliz. Nada me hacía pensar que vivía en un régimen de terror. Comprendo a Putin cuando afirma “las cosas que te hacen llorar cuando respiras bocanadas de la infancia”. Cuando murió Franco, apenas recuerdo que se le mencionara tanto como ahora. Ni se le abominaba ni se le glorificaba. Simplemente, no queríamos hablar de él. Sin embargo, sí existía un rechazo hacia Franco, en el sentido de que representaba todo lo que odiábamos de nuestros padres. Como el anti catolicismo se había instaurado en España, veíamos en Franco a un militar ultra católico que sumió al país en un aburrimiento continuo. Yo creo que, de no haber irrumpido el PSOE con su infame Ley de la Memoria Histórica, mi visión de Franco seguiría siendo la misma. Pero cuando observo cómo, tras las órdenes de una izquierda acomplejada eternamente por su derrota en la guerra, las ciudades españolas están siendo despojadas de todo vestigio franquista, siento que están robando a las generaciones anteriores, a nuestros abuelos y padres y también a los niños que vivimos en el franquismo, nuestra historia. Están derribando para construir. Y a mi eso no me gusta nada. Me repugna. Porque están despojando a nuestros abuelos de su vida. En una ocasión mi madre me dijo que tuvo una infancia y juventud muy felices. Fueron los años de la posguerra y los años 50. Evidentemente, mi madre no estaba pensando en Franco, estaba pensando en su infancia y juventud. Mis abuelos trabajaban mucho para poder comer. El abuelo salía a menudo al campo para llevar comida a casa. Pero en pocos años los españoles progresaron. Y yo nací en los prósperos años 60, cuando España ya había sido invadida por el turismo. No tengo una imagen en blanco y negro de aquellos años, sino con mucho color. Recuerdo las canciones de verano, las vacaciones en la playa, la alegría de vivir, las familias felices… Nuestros abuelos y padres trabajaron muy duro para que España progresara. Que lo hicieran mientras mandaba Franco es lo de menos. Pero lo cierto es que consiguieron que España tuviera una prosperidad como jamás había tenido. Hoy afirmar esto te convierte en un sospechoso fascista al que hay que enchironar de por vida. Pero a medida que me hago más viejo, más pienso en la deliciosa frase de mi madre. Y siento una inmensa tristeza cuando observo que todo el mundo de mis abuelos y padres lo están destruyendo. Y lo están destruyendo porque la población ha sido adoctrinada por una izquierda que no gobierna pero que domina el pensamiento. En mi ciudad, que fue del bando nacional desde el comienzo mismo de la guerra, se acaban de instalar por todas partes recordatorios de lo terrorífico que fue el régimen de Franco. Es algo grotesco. Como si en una ciudad, tan solo entraran en su historia, 40 años. Naturalmente, estas inscripciones callejeras han sido copiadas de las de Berlín, que tiene en sus calles carteles explicando que aquí o allí se encontraba la Cancillería de Hitler o el Ministerio de Propaganda de Goebbels. Pero hay una enorme diferencia: Berlín fue destruido por completo y España no. Alemania perdió una guerra como ningún país en la historia la ha perdido. Para que no quedara nada del pensamiento nacionalsocialista, se obligó a la población a “desnazificarse”. El experimento funcionó claramente. Aunque en la posguerra aún había un porcentaje pequeño de alemanes que consideraban que Hitler fue un buen gobernante, podemos ver cómo es posible cambiar la mentalidad de los ciudadanos mediante informaciones diarias. Ese cambio de mentalidad no se dio en España mientras gobernó Franco, pero se ha terminado instalando en los últimos años.

Yukio Mishima
Y aquí es donde Limónov se niega a ser, válgame el símil, “desnazificado”. Él huyó de la Unión Soviética, para salir del aburrimiento y buscar la gloría, y cuando regresó y vio que se estaba destruyendo todo lo que tanto costó levantar, se defraudó totalmente. Limónov describe a los exiliados rusos de Nueva York como unos desgraciados que llevan marcado el sello de la infelicidad. Incluso muchos de ellos albergaban la esperanza de poder regresar al lugar que tanto les había abrumado. En cierto modo, podemos encontrar muchas similitudes entre Limónov y Yukio Mishima. El escritor japonés también se negó a ser “desnazificado” y murió tras amotinarse y reivindicar las tradiciones japonesas que se estaban perdiendo. Limónov también tuvo su golpe de estado particular. No lo pagó con la muerte, como Mishima, pero ha estado encerrado en varias ocasiones. Limónov y Mishima reclaman cosas por las que la mayor parte de la prensa y la gente se escandalizan.  Ambos tienen una estética provocadora. Ambos son narcisistas. Existen fotografías de los dos escritores ciertamente escandalosas. La relación de Mishima con el joven Morita, que morirá junto a su jefe, se podría comparar con la de Limónov y su lugarteniente Rabko: fidelidad y admiración absolutas. 
Limonov y su lugarteniente Rabko
Mishima rodeado de fieles

Limonov rodeado de fieles
Limónov estuvo un tiempo influido por el geopolítico Duguin, quien venera por igual a Lenin, a Mussolini, a Hitler, a Leni Riefenstahl, a Julius Evola, a Jung, a Mishima, a Wagner o incluso a Che Guevara. Hay que ser un completo outsider para admitir semejante maremagno en tu cabeza. En todo caso, para comprender lo que va a suceder en Rusia es necesario leer a Duguin. 

Limónov definió perfectamente su desencanto con Occidente. No solo describe perfectamente su desencanto. Nos define a la perfección como sociedad, incluso 40 años después:


“Recibo una prestación social. Vivo a vuestra costa, vosotros pagáis impuestos y yo no hago una mierda… Me considero un canalla, un despojo de la sociedad, no tengo vergüenza ni conciencia porque no me martiriza, no tengo intención de buscar trabajo, quiero recibir vuestro dinero hasta el fin de mis días…. ¿Que no os gusto? ¿Que no queréis pagar?… presentad vuestras reclamaciones ante vuestra propaganda, porque es demasiado fuerte. Es ella, y no yo, la que os vacía los bolsillos.

Me pregunto si en España sería posible un líder político que pronunciara esta frase:

“El que quiera restaurar el franquismo no tiene cabeza; el que no lo eche de menos no tiene corazón.”

Ciertamente no sería posible. Y esa es la diferencia con respecto a Rusia. Esa diferencia es la que hace que muchos vean a Rusia como un país en donde no respetan los derechos humanos bla bla bla. Pero esa diferencia hace también de Rusia un país libre. Bastante más libre de lo que lo somos nosotros. 

martes, 8 de mayo de 2018

El fascismo no existe, el antifascismo sí


Joven, que no te engañen: el fascismo no existe. El comunismo que necesita al fascismo como eterno enemigo, sí. 

lunes, 30 de abril de 2018

De manadas y turbas



Ya sabíamos que España está dominada por la idiotez. La idiotez es fácilmente extensible cuando la crítica desaparece. En la era de las comunicaciones de consumo elevar la indignación es sencillo. Basta enviar un mensaje por un dispositivo móvil. La penúltima gilipollez patria está siendo la condena por parte de la masa a unos acusados de violación en (y esto es importantísimo)  unas fiestas de San Fermín en Pamplona. Recalco la importancia de San Fermín porque allí es donde converge la mayor parte del problema. Las fiestas populares, Pamplona a la cabeza, se han convertido en la juerga subvencionada en donde se permite a los ciudadanos barra libre sin control y vulgaridad a raudales. Son los políticos de turno quienes dan el pistoletazo de salida a una orgía de alcohol y drogas, esas que tanto condenan en campaña electoral, pero que fomentan, incluso en menores de edad, en los días de fiesta dedicadas al patrón de turno. Y hete aquí, que cuatro individuos decidieron ir a la meca de la estupidez subvencionada, en busca, claro, de sexo drogas y rock and roll. ¿Pretende Pamplona atraer a su fiesta masas de turistas cultos dispuestos a debatir sobre literatura e historia? No, a Pamplona va la borregada a desmadrarse en público. Lo que quizá no sabían los cuatro detenidos cuando decidieron pasar una juerga histórica (vaya si lo fue) es que Navarra acababa de estrenar un nuevo gobierno de coalición sostenido por Podemos y la izquierda independentista vasca. Lo que ignoraban los cuatro detenidos es que el nuevo gobierno iba a la caza y captura del violador machista. Y cazó y capturó, claro. El que busca encuentra. Pamplona era una ciudad grabada, centímetro a centímetro. Y la caza tuvo lugar. Y, una vez presentados los detenidos a la masa acrítica, la masa enjuició. Fin del asunto. No hay más. 

Y, otra vez más, la izquierda echa a la masa a las calles, indignadas como si no hubiera un mañana. Por supuesto, no hay que culpar a la masa, pobrecita. La indignación popular está perfectamente dirigida. ¿Cómo no explicarlo así cuando existen casos ciertamente de peor calado que la masa ignora? A todos los que nos gusta informarnos sabemos que existen casos de violaciones y de violencia que apenas tienen calado en la prensa porque los cometen los protegidos de la izquierda, los que son recibidos con pancartas del tipo “Refugees Welcome”.

No es nada nuevo. Sucedió algo parecido durante la II República, esa misma república criminal que tanto adoran los que ahora se manifiestan por las calles. Se ocultan crímenes terribles y se ensalzan otros de menor calado. Siempre que tengo ocasión lo repito: ¿por qué la izquierda no condena las violaciones del ejército rojo en Berlín en 1945? El colmo viene cuando el Frankfurter Allgemeine Zeitung, el principal diario alemán, ha criticado la sentencia de la  Manada. ¿Desde Alemania nos pueden dar lecciones? Alemania, un país ocupado y desarraigado que acepta violaciones masivas (no ya en 1945, en la actualidad), no puede dar lecciones de nada. Alemania no es un país. Es un experimento raro que los vencedores de 1945 impusieron. Y el experimento es el que vemos hoy. Por tanto, lecciones las justas. 

Los años de educación del PSOE, PP y los partidos nacionalistas han dado su resultado. Ya tienen aquí lo que querían: masas desinformadas dispuestas a la fácil indignación. No se comprende cómo ninguna masa sale a la calle cuando la matan (reciente atentado de Barcelona con 13 muertos) pero se manifiesta con una ira terrible cuando alguien dice que los niños tienen pene o cuando son condenados a nueve años cuatro individuos que fueron a Pamplona a lo que se va en los últimos años. 

En todo caso, ya no hace falta cambiar de gobierno. El Partido Popular claudica tembloroso ante cualquier manifestación. Los jubilados y las feministas lo acaban de hacer. ¿Para qué tener un gobierno de izquierdas si el mismo PP les hace la labor?

domingo, 22 de abril de 2018

La ley de la amnesia histórica


"Se suele decir que la historia la escriben siempre los vencedores, pero en el caso de la guerra civil española quienes más la han hecho han sido los simpatizantes de los perdedores. No cabe duda de que la derrota de nazis y fascistas en la segunda guerra mundial ha tenido mucho que ver con ello." (Antony Beevor, La Guerra Civil Española).

Cualquier aficionado al cine español puede observar que, en la mayoría de las películas de los años del franquismo aparece la leyenda "Película acogida al crédito sindical". En la actual caza de brujas de todo vestigio franquista, en donde se arma a las comunidades de vecinos para que arranquen ellos mismos las placas de los edificios construidos en la época de Franco, no sería de extrañar que a algún botarate se le ocurriera que estas leyendas deben de desaparecer de esas películas. Aunque la sinrazón actual puede llevar también a la destrucción absoluta de esas películas. El precedente destructor ya existió. Los americanos destruyeron Alemania entera. A ellos les importaba un comino destruir Europa hasta dejarla en ruinas. Destruyeron las obras de artistas como Arno Breker, hicieron imposible la vida a Leni Riefensthal e hicieron ver al mundo que el mayor poeta del siglo XX, Ezra Pound, estaba en realidad loco. Los temores de Orwell de que Franco destruyera para siempre la versión republicana de la Guerra Civil Española, han sido por fin invertidos: nuestra democracia destruye poco a poco todo vestigio franquista. Quieren que ni se recuerde. Hay que borrarlo de la faz de la tierra de una vez por todas. Y lo están consiguiendo. Pero tienen un muro infranqueable: muchos españoles poseen libros y memoria suficiente para que no lo consigan.

Con la Ley de la Memoria Histórica la historia no la escriben los ganadores o perdedores: la historia se borra y es el propio pueblo, convenientemente adoctrinado, quien se encarga de hacerlo. ¿Qué comunidad de vecinos se atreve a mantener en su fachada el emblema de Falange?

El resultado de legislar la historia es el que vemos: una población que cree que la 2 República fue un vergel de libertades, la tierra soñada. El resultado es un nuevo engaño. No hay mas que ver los nuevos cargos surgidos: concejalías para la igualdad, para los ciudadanos o concejalías para la memoria histórica. Gentuza que no ha leído un libro de historia en su vida y que ostenta cargos gracias a que existió Franco.

La imagen de una reunión de vecinos discutiendo la eliminación de las placas franquistas es un esperpento. Todos tienen claro la maldad de Franco pero ninguno sabe lo que fue una checa. Ninguno conoce la persecución atroz que sufrieron miles de católicos, ninguno conoce que el antifascismo surgió en España antes que el propio fascismo. Es lo que lleva a la alcaldesa de Barcelona a llamar "facha" a un militar que murió antes de la aparición del propio fascismo para eliminar su nombre de una calle y sustituirlo por el de cualquier payaso que le gusta.


viernes, 13 de abril de 2018

Másters


La casta política ha instaurado en la sociedad un nuevo entretenimiento, esta vez un máster de la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, del Partido Popular, claro. En vez de discutir la necesidad de acumular másters, que no son más que negocios de las universidades, la oposición comunista maneja el asunto para derribar a la presidenta. Que la casta política esté abarrotada de mentiras en sus currículos es lo de menos. Lo importante es el acoso y derribo de una nueva víctima de la derecha.

En España hay tantos universitarios que ya no es posible encontrar trabajadores como peones, barrenderos, matarifes o cuidadores de ancianos. No hay problema claro, los importamos de otros países y nuestros universitarios salen del país porque aquí ya hay demasiados abogados y dentistas. Estamos pagando las consecuencias de las políticas educativas del PSOE.

El complejo patrio de no tener título universitario se ha superado con creces. Aquí hasta el más tonto tiene uno. No hace falta ser inteligente para obtener uno, basta con tener buena memoria o repetir hasta la saciedad cursos. El resultado es un país de idiotas con título.

A la caída de Cristina Cifuentes debería seguir la de prácticamente todos los partidos políticos, en cuyas filas ha habido candidatos con toda clase de mentiras académicas. Políticos que durante años han acumulado fortunas como presidentes de Cajas de Ahorro, directores generales de no se sabe qué, concejales de pueblo y demás ralea. El problema es que aquellos que dijeron combatir la casta viven plácidamente de lo que abominaban. Aunque más grave es que la masa les haya creído o se hayan aferrado a ellos como mal menor.

El problema no es la licitud del máster de Cifuentes. El problema es quienes pretenden sustituirla están dispuestos a las más sucias argucias para conseguirlo. ¿Cómo es posible que unos políticos que obran como gánsters nos puedan gobernar? De su capacidad para engañar a los ciudadanos depende.

El Partido Popular es un partido pusilánime que irá desapareciendo. El PSOE seguirá la estela de su homólogo francés. La izquierda comunista en Europa solo se sostiene en España, que es un país que sigue la falsa doctrina de que cualquier cosa que no sean ellos es fascismo. Los nuevos pujantes serán los partidos nacionalistas, en donde tiene cabida el comunismo y la derecha. Son capaces de hacer alianzas contra natura para lograr sus objetivos. Son capaces de convencer al más tonto de que su pueblo tiene una entidad tan diferente que son en realidad un país.


domingo, 8 de abril de 2018

Schleswig-Holstein


El destino no ha podido ser más irónico. Tras la muerte de Hitler, Schleswig-Holstein se convirtió en la última capital del Tercer Reich. Allí fueron apresados los dirigentes de lo que quedaba de Alemania. El joven arquitecto de Hitler, Albert Speer sería condenado a veinte años de prisión. El sucesor del Führer, Karl Dönitz a diez años. Jodl fue ejecutado en la horca, aunque rehabilitado a título póstumo.

Ha querido el destino que sea precisamente un juez del land de Schleswig-Holstein quien haya dejado en libertad al prófugo Puigdemont. Se internacionaliza la pantomima catalana, sarcásticamente unida a Schleswig-Holstein, que acabó en los famosos juicios de Nuremberg, orgullo y ejemplo del nuevo Occidente.

Puigdemont está coincidiendo en su fuga con lugares históricos e icónicos de nuestra civilización. No parece un hombre de dimensiones históricas pero transita por Waterloo, Schleswig-Holstein y Berlín. Pisa los lugares que acabaron con los sueños de Napoleón y de Hitler. Nada más y nada menos.

sábado, 24 de marzo de 2018

Censura


Un síntoma del alelamiento cultural moderno lo ilustra el cabreo generalizado de la izquierda progre por la censura en Arco de una obra que ilustra supuestos "presos políticos. Arco representa los peores valores del capitalismo moderno, esto es, vender a precio de oro la basura. A ningún progre anticapitalista se le ha ocurrido hacer una crítica de Arco como meca del capitalismo y de la basura. Es bien sabido que el arte degenerado no solo se vende a precio de oro, es que es defendido con ahínco. Incluso el dirigente de Bildu,Arnaldo Otegui,  ha defendido in situ en Arco la obra "censurada". Pero la cosa no es nueva: Pablo Iglesias acostumbra a vestir de etiqueta para otro evento clasista y burgués como son los premios Goya. Ningún joven rebelde que defienda la igualdad y sea coherente defendería ni Arco ni los Goya.

Los regímenes que mayor censura han practicado han sido los comunistas. Los regímenes que más han pisoteado los derechos humanos han sido los comunistas. En definitiva, los regímenes más criminales de la historia han sido los comunistas. ¿Algún recuerdo por las millones de violaciones a niñas, ancianas y mujeres alemanas por parte del ejército rojo en 1945? Ninguno. ¿No es la violación el peor crimen? ¿Por qué no un homenaje, un monumento, a esas indefensas mujeres? Porque todas eran "fascistas" y los violadores eran del ejército Rojo. Vivimos una época de amnesia.

domingo, 4 de febrero de 2018

El nuevo bozal: prohibido pensar




“La verdad deviene mentira si es tu enemigo quien la dice”.

“Todo el mundo se cree las atrocidades del enemigo y descree de las que  hayan cometido los de su propio bando, sin preocuparse siquiera por tener en cuenta las pruebas.” 
George Orwell




Zapatero ha sido el peor presidente del presente régimen porque hundió la economía, que ha tardado más de diez años en remontar. Pero pasará también a la historia por su infame “Ley de la Memoria Histórica”, que el Partido Popular no ha derogado. Lo curioso es que esa ley, apenas se impuso durante el mandato de Zapatero, y está siendo honrada con ahínco en la actualidad. Uno de los primeros jueces que se pusieron “manos a la obra” con la ley fue Garzón que, por fortuna, fue inhabilitado años después. La megalomanía de Garzón le llevó a exigir en el plazo de dos semanas un listado con las bajas completas de la guerra civil. Por supuesto, los presionados archivistas no pudieron encontrar los registros ya que la cantidad de material es enorme. Garzón quiso juzgar a toda persona que hubiese participado en el régimen de Franco y que viviese. Se le recordó que el gobierno español había aprobado una ley de amnistía y replicó que ninguna amnistía puede pisotear los derechos humanos. Pero Garzón era un juez político, más o menos un Roland Freisler de la democracia. El ex juez llegó a exigir la apertura de la tumba de Lorca, pero uno de los sobrinos del escritor le replicó: “No necesitamos un juez para que venga y nos diga que Franco fue un asesino”. 

Garzón estuvo estrechamente relacionado con el PSOE. Fue él quien peleó por la aprobación de la Ley de Memoria Histórica. Zapatero hablaba con frecuencia de uno de sus abuelos, a quienes habían matado los franquistas, pero no mencionaba nunca a su otro abuelo, que los apoyaba. 

Lo curioso de la ley, del año 2007, es que otorga la responsabilidad a las autoridades locales y no a las centrales. Así, vemos en la actualidad, más de diez años después, cómo los ayuntamientos se entregan a una orgía destructiva de monumentos y cambio de nombres de calles. En Madrid se quiere borrar, por ejemplo, al general Muñoz Grandes y sustituirlo por… ¡Marcelino Camacho! 

El Grupo Parlamentario Socialista, ha propuesto una nueva versión que deja en pañales el pensamiento de Orwell. Proponen una  sonrojante “Comisión de la Verdad”. En la famosa novela de Orwell se llamaba “Miniver” y eso nos lleva al “Crimen Mental”, el “crimental”. Pensar por uno mismo, investigar, comparar, debatir, tener la libertad de opinar, se prohíbe. Nos quieren convertir en máquinas sin capacidad de reflexión, obligando por ley el pensamiento. La pesadilla de Orwell se hace realidad, una vez más. La ironía es que Orwell denunciaba a los regímenes comunistas y fascistas y ahora es la democracia la que practica la indecencia repugnante de prohibir por ley el pensamiento libre. La mera existencia de este artículo se convertirá en delito. 

Se quiere imponer por ley la obsesión del PSOE de exhumar a Franco del Valle de los Caídos, enseñar sus dogmas en los colegios, censura en los medios de comunicación, multas o cárcel para los disidentes…  en definitiva, nos encontramos ante la mayor pérdida de libertades en nombre de la democracia. 

La quema de libros de Goebbels es un simple juego infantil comparado con las formas educativas de hoy, no digamos con sus leyes. Recientemente el gobierno polaco ha aprobado una ley que impide vincular al país con los crímenes del Holocausto. Nuevamente se legisla la historia. El gobierno israelí y Bruselas han condenado la controvertida norma. ¿Ha condenado algún país u organismo internacional la Ley de la Memoria Histórica española? No me consta. 

¿A qué se debe el excesivo paternalismo de las democracias empeñadas en educar por ley? Cualquier tertuliano de tres al cuarto que diga por televisión mentiras sobre el Valle de los Caídos se va de rositas a casa mientras que quien se atreva a afirmar que durante la República se asesinó a más religiosos, entre curas, monjes y monjas que durante la Revolución Francesa, o que Franco sentó las bases de la prosperidad, puede acabar siendo multado o encarcelado. 

Cuando era adolescente leí un libro llamado “La máquina de lavar cerebros”, de Lajos Ruff. En 1952 un joven se encontró mezclado con un grupo de jóvenes contrarios a Stalin. Fue detenido y sometido a una experiencia “psicológica” para hacerle confesar. Arthur Koestler narró una experiencia similar en “El cero y el infinito”. Y, por supuesto, Orwell. 

Nuestros estudiantes recibirán su instrucción, su lavado de cerebro y espiarán como lo hacía el niño de “1984” que denuncia a su padre. Lo irónico es que éstos jóvenes se consideran que luchan con rebeldía por un mundo más justo cuando lo que en realidad hacen es seguir la conducta impuesta por el estado moderno. Solo mediante la lectura y el pensamiento verdaderamente libre se llega a la verdad. 

Se legisla la historia porque existe miedo a la verdad. La verdad es incómoda para cualquier régimen porque lo destruye.