domingo, 30 de diciembre de 2018

¡Alerta antifascista!





El reciente triunfo del partido VOX en las elecciones autonómicas andaluzas ha demostrado que no es necesaria la subvención pública para llegar al votante. Los tradicionales medios de comunicación no bastan, se están quedando obsoletos. Finalmente las personas pueden informarse por sí mismas a través de la Red o mediante simples vídeos pasados por móvil. Un vídeo de 30 segundos es más efectivo que un telediario. Los políticos tradicionales empiezan a sentirse desprotegidos. ¿Cómo es posible que un partido que no ha recibido subvenciones y que ha sido descrito como lo más parecido al mal absoluto haya obtenido 12 escaños cuando las encuestas no le otorgaban ninguno? Por supuesto, las encuestas no tienen ningún rigor y son manipuladas. La irrupción del partido conservador ha resultado interesante para ver la respuesta de los partidos tradicionales. Pablo Iglesias hizo una llamada a la movilización de sus tropas feministas, homosexuales e inmigrantes, cual “No pasarán” de la Pasionaria. Bueno, al final ya sabemos que terminaron pasando. Es interesante comprobar que la tropa de Pablo Iglesias, y de toda la izquierda, es una tropa minúscula compuesta por minorías. “Alerta antifascista”, amenazó un desconcertado Pablo Iglesias, incrédulo de su fracaso. De nuevo la amenaza del fascismo. 

Pero Pablo Iglesias, que probablemente tenga el récord de retracciones más vergonzoso de la historia de la política (¡en apenas 4 años de existencia!), no logró movilizar a sus “ejércitos”. No es casualidad que a los pocos días de su nuevo ridículo dijera que lo de Venezuela ya no está bien. No se puede tener más jeta. Es imposible encontrarse con un político más desvergonzado. 

La irrupción de VOX ha hecho que el panorama político se ponga interesante. Los medios de comunicación se refieren a esa formación política como “extrema derecha”. Nunca les he oído llamar “extrema izquierda” al partido comunista Podemos. 

VOX no solo surge como contrapartida a la inacción del Partido Popular, que se ha convertido en un partido amedrentado por la izquierda, incapaz de hacer nada que les moleste. VOX surge también como respuesta a la radicalización de la izquierda. Como la izquierda ha enloquecido por completo, sujetada exclusivamente por las chorradas de la ideología de género, la inmigración, el odio a España o el cambio climático, surge eso tan grave que llaman “ultra derecha”. 

El fascismo (el verdadero) surge siempre después del comunismo, nunca antes. Conviene no olvidarlo. El votante de Podemos alimenta el fascismo. La izquierda está desapareciendo en prácticamente todo el mundo, menos en España y en algún país mediterráneo. En Hispanoamérica está representada por el indigenismo, que es una gran mentira. El pensamiento de izquierdas falsifica el pasado para destruir a los países. Pregunten a cualquier progre qué hicieron los españoles en América y te responderá que “exterminar indígenas y robar oro”. Responden eso sin haber leído un solo libro del tema, por supuesto. El progre tiene el privilegio de saber de todo sin esforzarse.  Sabe que está dirigido por sabios y no necesita leer. Ya lo hacen otros por él. 

El historiador Ferran Gallego afirma: “No hacía falta que el fascismo existiera para que el antifascista tuviera entidad propia, es decir, sería ridículo que el antifascista tuviera virtualidad histórica cuando el fascismo había sido derrotado en 1945. ¿Qué necesidad había de declararse antifascista en 1970?… el antifascismo ya aparecía liberado de la presencia del fascismo y conservaba el nombre como un identificador nada despreciable.” Es decir, la proclama de Pablo Iglesias “¡Alerta antifascista!” es pura mentira. Los comunistas ya no disponen de proletarios que defender. Sus bases son ahora el movimiento feminista, LGTB, los discapacitados y los inmigrantes. 

Prosigue  Ferran Gallego:

“¿De verdad nos creemos que en estos momentos los europeos tenemos la conciencia de ser herederos de la cultura clásica, del Renacimiento, la Ilustración y el socialismo?, ¿tenemos cada uno de nosotros en la mente esa línea de continuidad de la civilización que nos da sentido? Somos un continente insignificante, no en el sentido de que sea pequeño, que también, sino en el sentido de que no tiene significado, hemos perdido esa noción de significado de civilización.”

Pedro Sánchez ha estado hace poco en Marrakech y ya se ha comprometido a traer a España a 100.000 inmigrantes. Ha suscrito el Pacto Global sobre Migración. Todo ello sin publicidad, por supuesto. Lo ha hecho exactamente igual que su primera entrevista como presidente del gobierno con George Soros, a escondidas. Sus medios de comunicación censuran el debate. El Pacto no ha sido firmado por Estados Unidos, Italia, Austria, Israel y varios países centroeuropeos. España lo ha firmado, por supuesto. Lo ha firmado Pedro Sánchez y lo hubiera firmado Mariano Rajoy. Que no quepa ninguna duda. La casta política no quiere que los españoles debatamos el asunto.

El verdadero castigo a los políticos es no votar. El abstencionismo es un ridículo para ellos. Es su mayor fracaso. VOX es un partido que hacía falta, para contrarrestar al comunismo y al separatismo. Pero VOX, como todos los partidos políticos en democracia, terminará por decepcionar a sus votantes y desaparecerá. El pastel lo tienen de momento en los abstencionistas. De su voluntad de no votar depende el futuro de los partidos, que tan inútiles, perjudiciales y enemigos de nosotros mismos han demostrado ser y pretenden seguir siendo.