Donald Trump ha declarado que la
prensa es enemiga del pueblo. Ocurre que aunque Trump diga que la Tierra gira
alrededor del sol, parte del pueblo manipulado por la prensa, recelará. Ya
nadie habla del Tratado de Libre Comercio (TLC) en términos apocalípticos
simplemente porque a Trump no le gusta.
Ayer se celebró en Barcelona una
manifestación exigiendo la acogida de refugiados. La prensa abre los
comentarios ante este tipo de noticias y los cierra cuando es consciente de que
no le conviene. Es curioso porque algo falla: lo habitual es que los lectores
rechacen la llegada de refugiados e inmigrantes por absoluta goleada. El
pensamiento más repetido es “que los acojan ellos en su casa con su dinero y no
con el de todos”.
La prensa redacta la noticia de
la manifestación abiertamente a favor de la misma. En el telediario de
Televisión Española cubrieron el evento con declaraciones claramente pro
inmigración, que suelen ser normalmente esas tontas frases tipo “todo el mundo
tiene derecho a una vida mejor” etc. Por tanto, nuevamente Donald Trump tiene
razón cuando alerta sobre los peligros de la prensa. Pero para este mundo
orwelliano Trump es el villano a derribar.
En el citado telediario
entrevistaron a una inmigrante que exigía el derrocamiento de al-Ásad y
democracia para Siria. Todo ello aderezado con la presencia de miles de
personas. La inmigrante empleó una palabra mágica en Occidente: “derrocar al
dictador”. Es conocido el resultado de pretender democratizar esos países.
Cuando las tropas de EEUU invadieron Irak nos prometieron que iban a tener una
democracia. Igual que en Libia, Túnez o Egipto. Y todos hemos visto la
democracia que tienen: más muertes, más miseria y más inmigración siempre hacia
Europa, que es la que paga.
En el mismo telediario se dio la
noticia de que ciertas mezquitas habían celebrado una jornada de puertas
abiertas para los ateos. La noticia es digna de aparecer en un programa de humor
pero no, la cosa fue real. En este país lo mismo se abomina de la Iglesia
Católica que se visita con admiración una mezquita. Si alguien pensaba que la
idiotez humana no podía ir más lejos, hete aquí la prueba de que sí se puede.
Uno llega a pensar en el famoso contubernio judeo masónico que Franco tantas
veces denunció, y que tanta gracia nos hace hoy en día, pero es que tanta
idiotez solo es posible desde la manipulación de las masas.
Hace poco se preguntaba la prensa
por qué en España no triunfan los partidos identitarios (ella les llama
“extrema derecha”) Se ofrecían muchas posibles causas. Pero yo me temo que la
verdad es más simple: porque somos idiotas del culo o porque, como dice Trump,
la prensa es enemiga del pueblo.