domingo, 19 de febrero de 2017

La prensa, enemiga del pueblo


Donald Trump ha declarado que la prensa es enemiga del pueblo. Ocurre que aunque Trump diga que la Tierra gira alrededor del sol, parte del pueblo manipulado por la prensa, recelará. Ya nadie habla del Tratado de Libre Comercio (TLC) en términos apocalípticos simplemente porque a Trump no le gusta. 

Ayer se celebró en Barcelona una manifestación exigiendo la acogida de refugiados. La prensa abre los comentarios ante este tipo de noticias y los cierra cuando es consciente de que no le conviene. Es curioso porque algo falla: lo habitual es que los lectores rechacen la llegada de refugiados e inmigrantes por absoluta goleada. El pensamiento más repetido es “que los acojan ellos en su casa con su dinero y no con el de todos”. 

La prensa redacta la noticia de la manifestación abiertamente a favor de la misma. En el telediario de Televisión Española cubrieron el evento con declaraciones claramente pro inmigración, que suelen ser normalmente esas tontas frases tipo “todo el mundo tiene derecho a una vida mejor” etc. Por tanto, nuevamente Donald Trump tiene razón cuando alerta sobre los peligros de la prensa. Pero para este mundo orwelliano Trump es el villano a derribar. 

En el citado telediario entrevistaron a una inmigrante que exigía el derrocamiento de al-Ásad y democracia para Siria. Todo ello aderezado con la presencia de miles de personas. La inmigrante empleó una palabra mágica en Occidente: “derrocar al dictador”. Es conocido el resultado de pretender democratizar esos países. Cuando las tropas de EEUU invadieron Irak nos prometieron que iban a tener una democracia. Igual que en Libia, Túnez o Egipto. Y todos hemos visto la democracia que tienen: más muertes, más miseria y más inmigración siempre hacia Europa, que es la que paga. 

En el mismo telediario se dio la noticia de que ciertas mezquitas habían celebrado una jornada de puertas abiertas para los ateos. La noticia es digna de aparecer en un programa de humor pero no, la cosa fue real. En este país lo mismo se abomina de la Iglesia Católica que se visita con admiración una mezquita. Si alguien pensaba que la idiotez humana no podía ir más lejos, hete aquí la prueba de que sí se puede. Uno llega a pensar en el famoso contubernio judeo masónico que Franco tantas veces denunció, y que tanta gracia nos hace hoy en día, pero es que tanta idiotez solo es posible desde la manipulación de las masas. 

Hace poco se preguntaba la prensa por qué en España no triunfan los partidos identitarios (ella les llama “extrema derecha”) Se ofrecían muchas posibles causas. Pero yo me temo que la verdad es más simple: porque somos idiotas del culo o porque, como dice Trump, la prensa es enemiga del pueblo.