“Podría
suceder que se llegue a producir una nueva raza de hombres que carezcan de toda
aspiración a la libertad, del mismo modo que se podría crear una raza de vacas
sin cuernos.”
“La
historia la escriben los vencedores y lo hacen según sus intereses, de forma
que cuando haya desaparecido la generación capaz de atestiguar que estas
mentiras son mentiras, tales mentiras se acomodarán en la historia como
verdades incontrovertibles.”
George
Orwell.
En 1984
leí “1984”. Cuando acabé de leer el libro, anoté los conceptos básicos de la
novela: “Neolengua”, “Miniver”, “Minipax”, “Crimental”, “Doblepensar”… Lo
cierto es que a partir de entonces tuve una visión diferente del poder y me
convertí en un eterno desafecto al sistema. Como es bien sabido, Orwell
escribió contra el estalinismo que él mismo había sufrido en la Guerra Civil
Española. Stalin basó sus purgas y represalias en dos conceptos: el
antifascismo, que aún perdura en nuestros días con la misma fuerza, y la
contrarrevolución.
La otra
obra de Orwell imprescindible es “Rebelión en la Granja”. Recientemente, y ante
la llegada al poder de Trump, “1984” se ha convertido en un superventas. Me
sorprende que no haya sido precisamente “Rebelión en la Granja”, más breve y
fácil de leer. Al fin y al cabo, la “moraleja” de “Rebelión en la Granja” no es
más que “da igual quien esté en el poder porque te van a explotar exactamente
igual”. ¿Por qué la masa no acepta esta moraleja con Trump y acepta que Trump es
un Gran Hermano? Porque a la masa le han dicho que la famosa novela distópica
es una descripción de la tiranía. Por tanto, “Trump=Tirano. Trump=Gran
Hermano”.
“El temor
a Trump dispara las ventas de 1984”, rezan los titulares. Sin embargo, si la
masa hubiera aprendido bien las advertencias de Orwell, debería tener motivo
para temer, no solo a Trump, sino a cualquier presidente. El hecho de que esta
masa haya “picado” el anzuelo e identifique solo a Trump con el Gran Hermano,
nos demuestra otra máxima orwelliana que aparece en su famosa novela: la
oposición al régimen también está controlada por el propio régimen. Por tanto,
la “Teoría y práctica del colectivismo oligárquico” ha sido obedecida y creída
por una masa que piensa que está combatiendo al régimen.
Una masa
que lee “1984” es peligrosa, excepto si no entiende lo que ha leído, lo que nos
incluye a todos, por supuesto. Orwell es reivindicado por toda la clase
política. He leído ensayos sobre su obra de autores claramente fascistas
(recientemente se ha editado uno) y de autores comunistas. En una librería
comunista compré un panfleto que trataba de exonerar a Orwell de ser un delator
de intelectuales comunistas. En su magnífico ensayo, “Por qué es importante
Orwell”, Christopher Hitchens dedica dos capítulos a “Orwell y la izquierda” y
Orwell y la derecha”.
No. Trump no es el Gran Hermano. Si
quieren encontrar uno, búsquenlo también en los políticos sonrientes y
simpáticos.